Privatización de espacios públicos, carencia de servicios básicos o de mala calidad, así como una alta demanda ciudadana de seguridad es como recibirá Francisco Chíguil Figueroa la alcaldía de Gustavo A. Madero el primero de octubre. Sin embargo, para el próximo titular de la demarcación esta nueva figura administrativa “es un cambio light y sólo de nombre”, porque seguirán con las mismas facultades.

No hay cambio profundo, sustantivo, afirmó en entrevista el también académico del Instituto Politécnico Nacional. En materia de seguridad tenemos las mismas limitaciones: vamos a seguir dependiendo de las políticas que se impulsen desde el centro.

La Constitución dice que los alcaldes van a tener posibilidades de manejar de manera autónoma sus finanzas; sin embargo, señaló, se deben revisar y ponernos de acuerdo. Nosotros entendemos como autonomía tomar decisiones sobre el presupuesto, su orientación e incluso sobre su ejecución, y a lo mejor la jefa de Gobierno electa y el jefe de Gobierno están entendiendo que tenenos que hacer compras consolidadas por conducto de la administración central como se ha venido haciendo, apuntó Chíguil.

Expuso que hay limitaciones: la Constitución y la misma Ley de Alcaldías dice que tenemos autonomía, excepto en las contrataciones de personal, o sea, que todo lo que corresponde a las contrataciones seguirá dependiendo del gobierno por las relaciones sindicales que se tienen.

Sobre la seguridad reconoció que tendrá una ventaja al tener los tres niveles de gobierno de un mismo partido –Morena–. Podremos hacer recomendaciones, definir estrategias para que la Secretaría de Seguridad Pública y el gobierno de la ciudad puedan funcionar en mejores condiciones y atender a la ciudadanía, que es la demanda principal.

El académico planteó establecer una adecuada coordinación para rotar mandos de la policía en los sectores que se han pervertido. No han asumido su papel con esa convicción, con ese compromiso. La secretaría se ha relajado mucho.

Además, dijo, la falta de espacios públicos también ha contribuido, porque las gestiones del PRD privatizaron los espacios y los convirtieron en negocios familiares.

Así también, agregó, están los deportivos: resultó más fácil dar a una empresa deportiva el espacio que administrarlo. Finalmente están en manos de escuelas que los utilizan para hacer negocios privados.

En la delegación, indicó, hicieron muchas obras, pero hay quejas por falta de agua, inundación de calles, trabajos en el drenaje. Nos da la impresión que se hicieron con el fin de llevarse comisiones.

Ante ese panorama, el reto para Francisco Chíguil es recuperar todo y regresarlo a la comunidad, definir políticas públicas, porque el gobierno actual operó sin ninguna orientación. Los programas que impulsó no tenían objetivos precisos, buscó tener grupos organizados de sustento y tener resultados electorales.

El primero de octubre vamos a revisar todo, auditar las áreas, el manejo presupuestal y los proyectos cuantiosos, que sabemos están vinculados a empresas donde los funcionarios participan de manera ilegal, remató.