Viernes 21 de septiembre de 2018, p. 4
El inspector general del Departamento de Justicia estadunidense, Michael Horowitz, anunció que su oficina investigará un programa de la agencia antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) ligado a violentos ataques de cárteles de la droga mexicanos que dejaron posiblemente cientos de personas muertas o desaparecidas, informó el portal ProPublica, que ha seguido estos casos.
Horowitz anunció el martes que su oficina investigará un programa de la DEA que podría estar ligado a ataques violentos de cárteles ejecutados en México.
En una carta a legisladores demócratas de alto rango en el Congreso, Horowitz informó que una investigación interna puso en evidencia un programa de las Unidades de Investigaciones Sensibles de la DEA que se encuentra en un área de alto riesgo
, por lo que era necesario examinar el manejo interno que la agencia hizo del programa con el fin de que las operaciones, información y el personal
de la agencia estén libres de sospecha.
En el programa al que se refiere Horowitz, equipos de la DEA entrenaron a cuerpos de la Policía Federal mexicana para servir en operaciones encabezadas por la agencia en territorio mexicano.
En 2017, tanto ProPublica como National Geographic reportaron que dos de esas operaciones provocaron mortales brotes de violencia, incluido uno muy cercano a la frontera de México con Texas. También se investigará una operación llevada a cabo en junio de 2011 en la población de Allende, en Coahuila, de la cual un cártel local se enteró y ello desencadenó brutales venganzas contra presuntos traidores e informantes.
Otro incidente ocurrió en diciembre de 2010 cuando cuatro huéspedes y un trabajador de un Holiday Inn en Monterrey fueron secuestrados y nunca más vueltos a ver, a pesar de que ninguno tenía nexo alguno con el narcotráfico, después de que otro cártel vinculó a dicho hotel con una operación encubierta de la DEA.
En todos los casos estuvo involucrada la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Federal mexicana, de la cual existen acusaciones documentadas de haber filtrado durante años información a narcotraficantes. Desde 2000, dos supervisores han sido asesinados después