Viernes 21 de septiembre de 2018, p. 38
Tras señalar que en la Ciudad de México cada día mueren dos personas en colisiones de tránsito o por atropellamiento, organizaciones civiles demandaron entornos seguros y que no por salir a la calle tengamos que poner nuestra vida en riesgo
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Tenemos derecho a exigir calles bien diseñadas, entornos escolares seguros donde niñas, niños y discapacitados puedan caminar, pedalear y tener una vida saludable, plantearon en el foro Desafío modal 2018 por la seguridad vial de todos los usuarios de la vía pública.
La movilidad no es sólo un tema de seguridad, sino un tema de iniquidad, pues una discapacidad permanente causada por hechos de tránsito puede costar a una persona entre 11 mil y 22 mil pesos por hospitalización y atención médica inmediata, y un promedio de 250 mil pesos a lo largo de su vida, indicaron.
Estos gastos son en su mayoría para personas que transitaban a pie. Se trata de gente que no puede costear un vehículo privado y no cuenta con un seguro de gastos médicos mayores.
Niños y discapacitados, población más vulnerable
En ese contexto, organizaciones como El Poder del Consumidor, Transita Seguro, Cruce Colectivo y Greenpeace México indicaron que los ciudadanos tienen derecho a exigir recursos suficientes para contar con entornos escolares seguros y que el tránsito peatonal, empezando por el de los más vulnerables: niñas, niños y discapacitados, se hagan de manera segura.
Asimismo, hicieron énfasis en la seguridad vehicular, y afirmaron que en México las pautas impuestas por la industria automotriz no han sido capaces de dotar seguridad a todos los usuarios de la vía pública, y recordaron que el estándar de protección a peatones en los vehículos de nuestro país no existe, lo que se traduce en una omisión regulatoria grave de consecuencias trágicas.
Entrevistados en el foro, peatones demandaron a las nuevas autoridades de las demarcaciones de la zona centro activar políticas contrarias a lo que están haciendo las corporaciones dueñas de bicicletas de alquiler para presionar y apoderarse de más espacios públicos, como banquetas y parques, para el estacionamiento de esos vehículos
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