México no está en bancarrota económica, pero sí en quiebra moral y social ante los altos índices de violencia en el país, consideró el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

En conferencia de prensa, el presidente de la comisión de análisis económico del organismo, Ernesto O’Farril, comentó que el país no está en dicha condición, como dijo el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, al inicio de su gira de agradecimiento.

Recordó que el tabasqueño ya aclaró que las declaraciones que hizo fueron descontextualizadas, pues no se refería a que no pudiera cumplir con lo que prometió en campaña.

Asimismo, señaló que desde el punto de vista financiero México no está en quiebra, pues para este año el superávit primario será aproximadamente de 0.8 por ciento del producto interno bruto, lo cual asegura que la deuda no siga creciendo.

Sin embargo, dijo, debe reconocerse que hay una quiebra moral: los índices de asesinatos, corrupción e impunidad están en muy altos niveles. Diría que también hay una bancarrota social. Señaló que el gobierno sí puede enfrentar sus compromisos financieros, pero quizás no tiene la capacidad para responder a los más pobres, a los pueblos indígenas, y aún hay deficiencias en los servicios de salud.

El Indice Mexicano de Confianza Económica (IMCE) del IMCP, correspondiente a agosto pasado, señala que los principales factores que limitan el crecimiento de las empresas son las condiciones de inseguridad del país (62 por ciento), mismo motivo que se ha mantenido como el más mencionado por los contadores consultados desde 2014.

Por otra parte, O’Farril afirmó que si se cancela la construcción del nuevo aeropuerto como resultado de la consulta popular, a pesar de las opiniones de organismos internacionales y expertos, la reputación del país se iría al suelo. Recordó que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) estima pérdidas por 120 mil millones de pesos, a pesar de que el futuro secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, aclaró que sólo serían 100 mil millones.