Opinión
Ver día anteriorJueves 20 de septiembre de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad perdida

Riesgo latente // Tribus en Morena

L

o que tenía que suceder ya pasó y en el primer Congreso de la Ciudad de México –nunca más CDMX, dicen los morenos– la noche de los cuchillos largos no termina.

Y ayer, como en aquella noche de purga, entre los legisladores de esta ciudad hay heridos y dolidos, pero el asunto es que esta parte de esa guerra no termina y está causando lo que nadie quería ver reproducido: la gestación de tribus dentro de Morena.

Fernando Aboitiz, quien se ha convertido en un político mil cachuchas –ahora del PES, antes moreno, mucho antes perredista, y al principio panista– y que se autocalifica como hombre de derecha, pretende, hasta donde sabemos, controlar una porción importante de diputados que busca hacerse de las comisiones fundamentales.

Y en esta guerra, el vicecoordinador del Congreso, Eduardo Santillán, que bien sabe del negocio de las tribus, ya ha llamado a algunos de sus bravos para que estén listos en caso de que haga falta, porque él quiere parte de lo que hoy, como antes, supone que es un botín donde puede colocar a sus guerreros: en las comisiones.

Ernestina Godoy, coordinadora del Congreso, por lo pronto ha resistido la furia tribal, pero debe tener en cuenta que si hoy permite que se le presione con chantajes de todo tipo, por ejemplo cuando los grupos tengan fuerza propia, pedirán su cabeza si llega a oponerse a sus intereses.

Hay muchas cosas que no se quieren entender en esta guerra intestina. El Congreso está compuesto por 66 diputados y sólo hay poco más de 30 comisiones. Es verdad que quien tenga más comisiones tendrá mayor número de puestos en el Congreso, pero eso podría estar lejos del poder si la coordinación y la Comisión de Gobierno residen en la misma mano.

Y es que esta vez no se trata de números o influencias. La condición fundamental para ocupar cada una de esas casillas debería depender de los proyectos y las ideas que sobre el tema tengan los diputados que pretenden encabezar las comisiones.

Bajo esos términos, la coordinación, que no sirve para administrar caprichos, tendría que revisar los planes y proyectos que cada uno proponga y medir hasta dónde pueden estar en concordancia con la orientación que impone el voto de las urnas, y que establece una mayoría legislativa.

Tal vez eso sea mucho pedir, pero muy seguramente serviría para evitar aberraciones. ¿Por qué una mujer u hombre que sabe de finanzas tendría que ser el presidente de la Comisión de Seguridad, por ejemplo? Ese modelo se ha repetido hasta el desprestigio del Legislativo, y se quiere volver a usar, pero la idea ahora es buscar el cambio, dignificar al organismo, y como van las cosas sólo se les ocurre sacar los cuchillos largos. ¡Lástima!

De pasadita

Así que no estamos en bancarrota. Así que abunda el empleo. Así que la mitad de los habitantes del país no estan en pobreza. Así que en los pasados 30 años en los que ha gobernado el mercado y los grandes patrones el país apenas ha crecido 2 por ciento. Así que la desigualdad es pequeñita. Y así que todo esto, y otras mil desgracias. como la violencia, ni de broma es México.

Pero claro, hay otro México que no sabe, ni quiere saber, la verdad del país porque no la mira, porque no la siente y porque la realidad le causa horror. Entonces, niegan lo que la mayoría sí sabe y sí siente. Lo malo es que las cosas no van a cambiar negándolas y el cambio también será en bien para ellos, de eso no hay duda. ¡Qué suerte!