Graciela Mota y Diego Prieto, titulares de Icomos México y el INAH, participaron en el coloquio Sismos 2017... un año después
Jueves 20 de septiembre de 2018, p. 4
El rezago legislativo en la protección de inmuebles del patrimonio cultural impide la recuperación de edificios dañados por los sismos de 2017, dijo Graciela Mota, titular del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) México.
‘‘Aunque se ha avanzado en la gestión con versatilidad del financiamiento es importante saber para dónde se camina y la asignación de contratos en el caso de patrimonio cultural no puede ser igual que en la de obra pública”, sostuvo la doctora en filosofía durante la inauguración del coloquio Sismos 2017 y patrimonio cultural: un año después.
Añadió que el fenómeno natural de septiembre del año pasado ‘‘nos hizo considerar seriamente el desarrollo de todo un sistema de prevención, de capacitación y de organización de múltiples actores”.
Firma de convenio marco sobre conservación
En el Centro Cultural de España en México, Mota firmó un convenio marco de colaboración sobre la conservación, investigación y difusión del patrimonio cultural del país con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), representado por su director, Diego Prieto.
En su alocución, Prieto mencionó que el instituto nunca había enfrentado un desafío de la magnitud que representaron los sismos de 2017: más de 2 mil 300 monumentos arqueológicos, históricos y artísticos afectados.
‘‘Sin embargo, aquí seguimos. Y aunque la cultura se plasma en estos monumentos y objetos, se entiende que está, sobre todo, en el alma de los pueblos y eso permite que se recuperen esos bienes, piezas y creaciones.”
El funcionario destacó que ‘‘la tarea de conservar, vitalizar, darle sentido y pertinencia a nuestro patrimonio histórico, arqueológico y cultural no es sólo del INAH y el Instituto Nacional de Bellas Artes, sino de la sociedad”. Tampoco es ‘‘sólo de un partido político u otro. Es una tarea de interés nacional y de Estado”.
Aclaró que la finalidad del trabajo que encara el INAH no es restaurar los inmuebles y dejarlos como estaban. ‘‘Tenemos que dejarlos mejor, más resistentes para los próximos sismos. Haciendo bien las cosas se pueden conservar elementos de distintas arquitecturas.
‘‘El concreto, la varilla, el acero y el cemento que trabajan muy bien no resisten si no se compaginan adecuadamente con las arquitecturas de la mampostería, los terrados, las bóvedas, los adobes y las estructuras tradicionales. Muchos edificios no se hubieran colapsado de haber hecho las cosas bien.”
Avance de 30 por ciento en trabajos de rescate
Diego Prieto informó que en la actualidad se tiene un avance estimado de 30 por ciento en los trabajos de recuperación, con unos mil 100 ‘‘frentes de obra” y al final de la presente administración federal llegará a 40 por ciento. Estimó que el programa general de restauración concluirá en 2020.
El horizonte de costo del programa es de unos 9 mil millones de pesos provenientes principalmente de los seguros del INAH y el Fondo Naiconal de Desastres (Fonden). ‘‘Estamos pensando que Banorte aporte 5 mil millones, de los cuales ya ha entregado casi mil”, adelantó.
‘‘El Fonden autorizó un máximo de 5 mil 900 millones de pesos, de los cuales probablemente eroguemos unos 2 mil 300 millones.”
También se recibieron apoyos de comunidades, las fundaciones Jenkins y Harp Helú, y el World Monuments Fund, así como de Chile, Hungría, Estados Unidos, España, Alemania y Francia.
Diego Prieto mencionó que por primera vez se hacen cargo de bienes muebles ‘‘constituidos como inmuebles por destino, como pintura mural y decoraciones arquitectónicas”, por lo que más de 90 por ciento de los restauradores del país se abocan a esa labor; incluso ‘‘han venido a ayudar de Italia, como Maya Segarra Lagunes”.