n esta ocasión mi tino para escoger títulos de los 255 disponibles fue, al parecer, muy errado, pues no vi ni una de las películas premiadas. En el rubro de los largometrajes canadienses hubo dos premios: el City of Toronto Award a la mejor opera prima fue para Roads in February (Caminos en febrero), de Katherine Jerkovic. Mientras el Canada Goose Award al mejor largometraje fue para The Fireflies are Gone (Las luciérnagas se han ido), de Sébastien Pilote.
El premio de la crítica, o sea FIPRESCI, fue para la irlandesa Float Like a Butterfly (Flota como una mariposa), de Carmel Winters, dentro de la sección Discovery. Y para la estadunidense Skin (Piel), de Guy Nattiv, dentro de la sección Special Presentation.
Por otra parte el premio NETPAC, dedicado al cine asiático, fue para la vietnamita The Third Wife (La tercera esposa), de Ash Mayfair. Y el premio Audentia de Eurimages a la mejor realizadora fue para la etíope Aäläm-Wärqe Davidian por su opera prima Fig Tree (Higuera).
Dentro de Platform, la única sección formalmente competitiva del festival, el premio principal fue para la película china Xi fu Cheng shi (Ciudades de últimas cosas), de Ho Wi Ding.
Y en un festival donde el público es tan importante –y entusiasta– el premio más esperado es el Grolsch People’s Choice Award, que se decide por votación popular. En esta ocasión la ganadora fue la hollywoodense Green Book (Libro verde), de Peter Farrelly. Cabe apuntar que la mexicana Roma, de Alfonso Cuarón, quedó en tercer lugar. Dentro de la sección Midnight Madness, el premio Grolsch fue para la india Mard ko dard nahi hota (El hombre que no siente dolor), de Vasan Bala. En la sección TIFF Docs, el premio fue para la estadunidense Free Solo, de la pareja E.Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin.
Si bien no faltaron las películas sobresalientes –aunque no ganaron premios– la impresión final del TIFF 2018 fue que la edición dejó algo que desear en comparación con ediciones anteriores. Según adelanté en mi primera nota, nos quedaron a deber las premiadas de Venecia, es decir, las nuevas películas de los hermanos Coen, Jennifer Kent, Julian Schnabel y Yorgos Lanthimos.
El TIFF solía ofrecernos el palmarés completo del festival italiano. Fuera de la ya mencionada Roma, ninguna otra película parecía revestir esa urgencia por verla. Esta vez no escuché rumores sobre tesoros ocultos que había que ver.
Por el lado de la industria, la publicación Variety reportó una similar tibieza por parte de los compradores. Por lo visto se acabaron los tiempos en que los títulos eran arrebatados en el primer fin de semana, con precios superiores a los 10 millones de dólares. Ahora prevaleció la cautela.
Es posible que se avecinen cambios dentro del festival, pues este fue el último año para Piers Handling, el director general, y Michèle Maheux, directora ejecutiva. Ambos llevaban décadas en la organización del festival –Handling fue programador desde 1982– y eran conocidos mundialmente por su amabilidad y eficiencia. A saber si los remplazos van a poder llenar sus zapatos.
Twitter: @walyder