El hecho político, un chilaquil // Sheinbaum, tejiendo planes // No llenen de basura al partido
l principio de la semana que viene quedará instalado, en esta ciudad, su primer Congreso Legislativo, producto de una reforma política que sustentó la creación de la Constitución Política de la Ciudad de México.
Hasta ahí las cosas van bien, sin novedad, pero hasta ahora, y sólo hasta este momento, los cambios que se propone la nueva fuerza política hegemónica en esta capital, Morena, parecen no tener otro piso que no sea el del mayoriteo, es decir, la imposición de normas y leyes que sólo contarán con el aval de las mayorías, pero que no formarán parte de la realidad de la gente que habita este espacio, porque a fin de cuentas parten de arreglos y consensos para el beneficio partidista.
Seguramente, a la instalación del Congreso, los diputados de la nueva hegemonía pretenderán dar un golpe mediático sin mayor fondo, porque a fin de cuentas, entre reuniones y arreglos, con las reglas de siempre, el hecho político se ha convertido en un chilaquil, seguramente porque no hay una idea clara del cómo aterrizar los proyectos que busca el gobierno de Claudia Sheinbaum.
La ayuda que pudiera dar Alejandro Encinas en la conducción de los trabajos del Congreso, en tanto no tome posesión del cargo que tiene asignado en el gobierno federal, no habrá de prolongarse, y no se ve de qué manera se dé curso a programas e ideas que son fundamentales para tratar de rescatar al Congreso de la sombra de la ALDF que recorre el recinto de Donceles.
Lo primero será la reconstrucción de la ciudad luego del sismo, y será el pretexto ideal para lanzar una serie de ataques a quienes condujeron los trabajos de la Asamblea, pero lo que no se entiende es la que la Ciudad de México es mucho más que los reproches, del tamaño que sean, y que lo que se busca es que las propuestas sean las aspiraciones de la ciudadanía, y no los arreglos entre fracciones parlamentarias.
Hay muchos que se preguntan si es necesario el juicio para los que terminan, y la respuesta casi siempre es afirmativa. Hay mucho dolor, mucha indignación, el perdón no está en el vocabulario de los citadinos, pero en el ajuste de cuentas el legislativo local no debe perder el tiempo tratando de enderezar árboles torcidos; hay situaciones de emergencia, y el talento para solucionarlas aún no se mira.
Claudia Sheinbaum debe estar muy preocupada, pues hoy no se ve el cobijo que debería tener por parte de Morena en el Congreso, es más, hay quienes aseguran que tendrá que ir tejiendo sus planes al margen del Congreso, hasta donde se pueda, porque no hay una guía suficientemente probada para dirigir los destinos políticos de ese primer Congreso. Ni modo de perdirle peras...
De Pasadita
Otra de las formas que habrán de acarrear muchos problemas al gobierno de Andrés Manuel López Obrador es la recolección de basura política, a paladas y sin recato, que hacen los líderes de Morena. En ese recoger basura, la pala llegó a Hidalgo, concretamente a la ciudad de Actopan, donde un cuasisicópata –el casi es porque nosotros no somos siquiatras– que perdió contra Morena la posibilidad de convertirse en presidente municipal, ahora quiere insertarse en las filas de los que con insultos de todo tipo y calibre consideró sus enemigos, es decir: Morena.
Su nombre es Roberto Núñez Vizuet y, según nos cuentan, es capaz de cualquier fechoría con tal de saciar sus ambiciones. Hoy trata de convencer a la gente de Morena que le abran un espacio, pero no hace mucho, apenas unos meses, se ufanaba de mentarle la madre a Andrés Manuel López Obrador. Hoy quienes saben del asunto sólo tienen una súplica: No llenen de basura al partido.