Venecia. El concurso por el León de Oro de la Mostra de Venecia se cierra este viernes con un filme pacifista del original cineasta japonés Shinya Tsukamoto.

El último de los 21 filmes en concurso es una oda pacifista narrada a través de la crisis íntima de un guerrero samurai a finales del siglo XIX, que rechaza la guerra y la violencia.

La espada de mi samurai representa todas las armas del mundo. Con mi filme quiero manifestar mi preocupación por la situación actual. Es un grito contra la violencia, explicó el realizador, premiado en 2002 en Venecia con A Snake of june.

Considerado uno de los cineastas más originales, por transformar cada película en una experiencia no sólo visual, autor entre otros de El Hombre de Hierro (1989), hipnotiza con la transformación del samurai Tsuzuki y su rechazo a matar.

Con el titulo Zan (Matar), el filme fue aplaudido desde el comienzo de la proyección en el pase para la prensa y respeta el ritmo frenético del padre del cyberpunk, dividido entre espectaculares combates y las inquietudes de su frágil y poético guerrero.

La idea me vino cuando imaginé la reacción de un joven de nuestros días en la época de los samurais. ¿Podría matar sin pensar, tener un duelo?, contó.

En esta ocasión, como en otros filmes, el propio Shinya Tsukamoto toma el papel del hábil samurai Sawamura, quien recluta combatientes para la guerra civil que está por estallar en Japón.

La maestría de Tsukamoto compite este año con filmes del género western, entre ellos el de los talentosos hermanos Coen con The Ballad of Buster Scruggs y el del francés Jacques Audiard con The Sisters Brothers, éste favorito también para alzarse con el máximo galardón, según la clasificación de nueve críticos italianos.

Cuarón entre los preferidos

La edición de 2018, que se clausura hoy con una ceremonia en el Palacio del Cine, ha estado marcada por películas protagonizadas por mujeres fuertes y sumisas, rebeldes o vengativas.

Sólo una película en competencia es dirigida por una mujer, la australiana Jennifer Kent, cuyo filme The Nightingale, que aborda la brutalidad de la colonización fue mal recibido por la crítica italiana. Un filme demasiado esquemático, escribió ayer el veterano crítico del diario Corriere della Sera, Paolo Mereghetti.

El drama familiar del mexicano Alfonso Cuarón, Roma, rodado en blanco y negro, y sin celebridades, es un filme muy personal ambientado en el México de los años 70 e inspirado en la propia familia, en los amores y desamores de empleados domésticos y patrones, se mantiene entre los favoritos y se perfila como posible León de Oro.

Roma obtuvo el máximo de los puntos (cinco) de cinco de los 10 críticos internacionales –los otros cinco le dieron 4.5– consultados por Ciak, la revista oficial de la Mostra.

La eventual victoria de Alfonso Cuarón, ganador del premio Óscar por la mejor dirección con Gravity (2013), relanza el debate sobre Netflix, el coloso audiovisual productor de la película, y abre el camino hacia otro Óscar para el realizador mexicano.

La cinta, rodada en español y realizada con técnicos mexicanos, podría competir en la categoría de mejor película de habla no inglesa en Hollywood, galardón que el mexicano todavía no ha alcanzado.

América Latina tuvo buena representación en el certamen gracias a México y Argentina, dos países con una fuerte tradición cinematográfica, que compiten en la sección oficial con el mexicano Carlos Reygadas, con Nuestro tiempo, y el argentino Gonzalo Tobal, con Acusada.