Grupo Aeroméxico informó ayer que separó de sus cargos a los tres pilotos del vuelo 2 mil 431, accidentado el pasado 31 de julio en Durango, debido a que violaron manuales, políticas y protocolos determinados por la aerolínea.

En una carta enviada a los trabajadores, el director de la compañía, Andrés Conesa, explicó que lo anterior se da independientemente de las evidencias obtenidas por la Comisión Investigadora sobre el accidente.

Este tipo de comportamiento es inaceptable y no vamos a tolerar por ningún motivo que la conducta de estas personas ponga en riesgo la confianza que nos brindan más de 20 millones de clientes alrededor del mundo y el sostén de nuestras 16 mil familias, por tal motivo estos tres pilotos ya han sido separa-dos de la empresa, señaló.

Afirmó que el rigor en el método y los protocolos de la compañía son esenciales en el trabajo diario, por lo que todo acto o situación irregular debe ser reportada inmediatamente sin importar jerarquía o procedencia, nadie está por encima de la seguridad ni de nuestros valores.

El miércoles, la Comisión Investigadora presentó el informe de los hechos ocurridos y Aeroméxico las acciones de asistencia empleadas.

Dentro de la investigación se detectó una sesión de habilitación en ruta no autorizada, en la que un tripulante desarrolló las funciones de copiloto, con el acompañamiento del comandante, hasta que éste le pidió los controles. La sesión no se llevó a cabo conforme a los protocolos, por lo que se dio aviso a la autoridad aeronáutica.

La Dirección General de Aeronáutica Civil afirmó que si bien esta situación no es causa del accidente, se iniciaron los procedimientos administrativos correspondientes para determinar responsabilidades y aplicar sanciones.

Decisión apresurada

La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) consideró que el despido de los tres empleados fue apresurada, aunque reconoció que haber compartido controles con un piloto en adiestramiento fue una decisión que no estaba autorizada dentro de los protocolos.

Mauricio Aguilera, secretario de prensa de la ASPA indicó a La Jornada que se debe tomar en cuenta que la autoridad aeronáutica señala preliminarmente que el accidente fue por un fenómeno meteorológico que se llama cizalleo, conocido también como microrráfaga de viento.

Esto quiere decir aunque un piloto experto hubiera tenido los controles de la aeronave, el resultado habría sido el mismo. Por lo que haber puesto al piloto en adiestramiento a compartir controles no puso en peligro el vuelo.