Miércoles 5 de septiembre de 2018, p. 4
‘‘Se acabó todo’’, dijo el museólogo Marco Aurelio Caldas al salir del Museo Nacional de Brasil, el mayor recinto de historia natural de ese país, destruido por un incendio el domingo pasado.
Luego de que el fuego consumió gran parte del histórico edificio, arquitectos inspeccionaron la estructura para asegurar que no se vendrá abajo, y la Policía Federal investiga las causas de la tragedia.
Según el diario brasileño Folha de S. Paulo, Sergio Sá Leitao, titular del Ministerio de Cultura, tiene dos líneas de investigación: un corto circuito en un laboratorio audiovisual y la caída de un globo aerostático de papel.
Esos globos son conocidos en Brasil como baloes, son utilizados en las fiestas juninas y los incendios provocados por esos artefactos son comunes en Río de Janeiro.
Los recientes siniestros producidos por esos globos ocurrieron el pasado julio, cuando uno de los más importantes centros de exposición de la ciudad fue consumido por el fuego y en 2017, cuando el Velódromo Olímpico se vio envuelto en llamas.
El portavoz del Departamento de Bomberos, Roberto Robadey, declaró que su tardía respuesta se debió al mal funcionamiento de dos hidrantes y en su lugar se tuvo que enviar camiones a traer agua de un lago cercano.
El pasado 27 de julio se interpuso una denuncia ante el Ministerio Público Federal (MPF) de Río de Janeiro, por parte de un arquitecto, sobre el riesgo de incendio en el Museo Nacional de Brasil. En el documento, el denunciante describe la necesidad de practicar una inspección al recinto, principalmente en el tercer piso, reportó un medio local.
Funcionarios culparon al gobierno brasileño por descuidar el presupuesto para las instituciones y recintos culturales de ese país, además de informar que había señales de evidente deterioro dentro y en el exterior del museo.
La subdirectora del museo dijo a medios locales que el fuego se habría iniciado en la segunda planta, aunque el informe técnico estará listo hoy; admitió que los detectores de humo no funcionaron.
Roberto Leher, rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro, dijo que el inmueble era vulnerable al fuego y que necesitaba amplias renovaciones.
Recientemente se aprobó una partida de casi 5 millones de dólares para una renovación que incluía mejorar el sistema de prevención de incendios, pero no han llegado.
Los empleados públicos buscaron fondos en 2013, un año antes en que el gobierno se preocupó más por construir estadios para el Mundial de Futbol de 2014.