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Mi sueño era tener un hijo campeón y tuve dos, festeja el padre del monarca ligero Mickey García
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de agosto de 2018, p. a10

Don Eduardo García no quiere recordar su pasado de pobreza en México. Ese que vivió como campesino en los cultivos de Michoacán y que lo expulsó hace más de medio siglo para cruzar sin documentos la frontera con Estados Unidos. Fueron años duros con su familia. Casi una década después de que llegó a California, nació su hijo Roberto, quien estuvo a punto de morir pocos días después del parto.

Yo miré al niñito y le agarré su manita, así bien chula, y le dije que sí se salvaba esa mano sería la de un campeón. Y se salvó, cuenta don Eduardo, de 73 años; desde entonces se me metió que mis hijos dejarían atrás la pobreza con el boxeo.

No sólo hizo realidad el sueño de que su hijo Roberto García fuera campeón del mundo, sino que hoy es padre de uno de los peleadores latinos más populares en Estados Unidos, Mickey García, con títulos en cuatro categorías diferentes y actual monarca en peso ligero del CMB, de vista en México para recibir el cinturón de la división.

Fue difícil para todos, ellos como hijos de mexicano; yo no tenía papeles, relata don Eduardo, pero trabajamos duro y no sólo hice campeones a mis hijos, sino también a otros boxeadores.

Más que un emblema de éxito para los migrantes en Estados Unidos, don Eduardo quiere ser visto como un paisano solidario. Desde la llegada de Donald Trump al gobierno, asegura que luchan por que se reconozca la aportación de los latinos en aquel país.

Los comentarios de Trump me han ofendido mucho, yo que ni siquiera hablo inglés después de 50 años allá, comenta don Eduardo; ofende porque además tenemos familiares, amigos y vecinos, gente trabajadora, pero que no tienen documentos y sus vidas cuelgan de un hilo.

Ese modelo se replicó en Mickey García, quien a pesar de que nació en California, nunca ha perdido los vínculos con la cultura de sus padres. A lo largo de su vida ha visitado con frecuencia la tierra de su familia en Michoacán.

Una personalidad –asegura Mickey– que no tolera el abuso de las promotoras contra sus compañeros de oficio y que le provocó un conflicto con la empresa que lo representaba, lo cual lo alejó más de dos años de los cuadriláteros. Hoy yo soy mi representante, he creado relaciones, no me gusta que le mientan y exploten a los boxeadores, por eso yo me represento a mí mismo, afirma García.