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Tratado trilateral... de dos // Videgaray, tapete de Trump

A

llá por agosto de 2017, cuando se iniciaron las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la representación mexicana se pronunció tajantemente en contra de un eventual acuerdo bilateral, como planteaba el equipo estadunidense; un año después, el arreglo se concretó tal como lo exigía el energúmeno de la Casa Blanca, es decir, bilateral.

En el año transcurrido muchas han sido las contradicciones de la citada representación, que sólo fue sólida en el discurso, porque en los hechos, ante las exigencias, chantajes y amenazas gringas, se dobló de la A a la Z. A tal grado lo hizo, que ayer el aprendiz de canciller, Luis Videgaray, celebró que con o sin Canadá habrá un acuerdo con Estados Unidos. En pocas palabras, Videgaray de esquirol contra Canadá.

Textualmente, Videgaray dijo que lo que ya sabemos es que en cualquiera de los escenarios habrá un tratado de libre comercio entre México y Estados Unidos, independientemente de qué pase con la negociación con Canadá. Hoy es una buena noticia que la incertidumbre deja de ser si habrá o no tratado de libre comercio, y ahora la incertidumbre es si el tratado será trilateral, como queremos que sea, o será bilateral. Todo ello, según el personaje, para tranquilidad de los mexicanos.

Eso dijo, pero si en realidad quisiera que el acuerdo fuera de tres, el aprendiz debió ser firme y exigir la integración de Canadá en las más recientes negociaciones del TLCAN, pero como son infinitos los compromisos que el gobierno peñanietista tiene con la que alguien denominó minoría rapaz, entonces le urgía aterrizarlo cueste lo que cueste.

El problema legal comienza con los gringos mismos, porque el aval que el legislativo de aquel país dio al salvaje de la Casa Blanca corresponde a un acuerdo trilateral, no bilateral, de tal suerte que lo planchado con México será motivo de una nueva autorización.

En vía de mientras, el inquilino de Los Pinos celebró que hoy arribamos a un punto de entendimiento y de acuerdo de ganar-ganar entre México y Estados Unidos, y esperemos que muy pronto, de igual manera, ocurra con la negociación con Canadá y Estados Unidos, que nos permita en los próximos días cerrar de manera formal y en principio el Acuerdo de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá, aunque todo apunta a que, en realidad, se trata de dos acuerdos bilaterales.

Por su parte, el salvaje de la Casa Blanca dijo que, tras el fantástico acuerdo comercial con nuestro país, cancelará el nombre de TLCAN para sustituirlo por el de Acuerdo Comercial Estados Unidos-México. Por cierto, el 30 agosto de 2017, a escasos 10 días del inicio de las negociaciones, Videgaray aseguró que México se levantará de la mesa de renegociaciones del TLCAN si el presidente Donald Trump inicia el proceso de terminación del acuerdo trilateral. Pues bien, ya conocemos el alcance y solidez de las palabras del aprendiz.

Entonces buena voluntad, avance y entendimiento (todo ello según la versión oficial), pero, según reconoció el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, Trump decidió mantener los aranceles a las importaciones mexicanas de acero y aluminio (25 y 10 por ciento, respectivamente), impuestos a nuestro país en junio pasado, lo que da cuenta de su amistosa actitud.

Así, la delegación del gobierno peñanietista aceptó lo que originalmente dijo que no aceptaría, porque la urgencia era la firma y no el contenido del acuerdo.

Las rebanadas del pastel

Fuentes normalmente bien informadas reportan que un ejército de cardiólogos, gastroenterólogos y sicólogos atendieron de emergencia a los histéricos barones de la minería, luego de que éstos se enteraron de que Napoleón Gómez Urrutia no únicamente regresó a México, sino ya se registró como senador de la República… Y el billete verde se vendió ayer entre 18.96 y 19.15 pesos en ventanilla bancaria.

Twitter: @cafevega