Lunes 27 de agosto de 2018, p. 18
México no debe aceptar o firmar la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en función de la celeridad con la que se busca concluir la renegociación y tampoco debe someterse a las imposiciones del gobierno de Estados Unidos que puedan dañar a productores y sectores productivos nacionales, advirtió Juan Manuel Chaparro Romero, presidente de fomento de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Es el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el que debe ceder
en muchas de sus propuestas que no resultan factibles y están fuera del alcance económico laboral de México, además de que pueden inhibir las inversiones por falta de continuidad en el largo plazo, sentenció.
Si bien aceptó que el TLCAN es fundamental para México, acotó que no es imprescindible o único para avanzar económicamente
. Remarcó que, en todo caso, de mantenerse, debe ser trilateral, con Canadá incluida.
“Si Estados Unidos desea concretar las negociaciones en buena forma, tendrá que flexibilizar sus propuestas presentadas en las mesas de negociación por el TLCAN.
La Convergencia de Organizaciones Sociales y Ciudadanas México mejor sin TLC también criticó la prisa en la renegociación. Reiteró que el riesgo
es caer en la estrategia de intereses corporativos. Planteó que es preferible que el proceso se posponga hasta después de que sea renovado el Congreso de Estados Unidos para evitar caer en presiones electorales
.
Insistió en que el gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador debe reorientar la renegociación y tomar en cuenta las propuestas de los ciudadanos.
La próxima administración cuenta con legitimidad política por el triunfo electoral que obtuvo de la mayoría de los ciudadanos que votaron por un cambio, así que debe reorientar a fondo
la estrategia de renegociación del TLCAN y escuchar las propuestas de los ciudadanos, enfatizó.
La convergencia fustigó que no deja de sorprender una serie de declaraciones que han hecho integrantes del próximo gobierno, que poco o casi nada los distingue del gobierno de Enrique Peña Nieto
.
Acusó que la negociación sigue enfocada en el mismo parámetro mercantilista, con prisa y secrecía, apegado a la estrategia del gobierno saliente y que se ignoran las contradicciones del TLCAN con acuerdos en derechos humanos.