La pretensión extemporánea del Partido del Trabajo de desconocer a sus candidatos a diputados ganadores –que en realidad son militantes de Morena– para obtener más plurinominales desató un largo debate en el Instituto Nacional Electoral (INE).

PAN y PRD calificaron de fraude a la ley la actitud de Morena para evadir las restricciones de la cláusula de sobrerrepresentación y tener más espacios en San Lázaro.

El INE aprobó en sus términos la repartición de diputaciones plurinominales en San Lázaro y en el Senado. Con ello, en el primer recinto legislativo la asignación quedó así: Morena, 85; PAN, 41; PRI, 38; PRD 12; PVEM, 11; Movimiento Ciudadano, 10, y PT tres. En el segundo se asignaron 13 a Morena; seis al PAN y seis al PRI, y a PRD, PVEM y MC correspondieron dos a cada uno, y al PT uno.

El agravio de los petistas es que entre quienes no van a llegar se encuentran Óscar González y Pedro Vázquez, que forman parte de la cúpula del partido.

A raíz de un oficio remitido por dicho partido al Consejo General, en el que desconoce la militancia de 35 de sus 58 abanderados ganadores, con el argumento de que no fueron nombrados por sus órganos competentes, demandaba que estos candidatos se adjudicaran a Morena, con lo que pretendía revertir la asignación de sólo tres diputados plurinominales como tope máximo para no romper su propia sobrerrepresentación, al contar con 58 legisladores de mayoría, lo que les permitiría obtener nueve espacios de representación proporcional.

Aun cuando advirtió la necesidad de revisar la jurisprudencia que permite a los partidos nombrar a los militantes para evitar impacto en la sobre y subrepresentación en el Congreso, el INE cuestionó la intención del PT de desconocer sus candidaturas cuando ya se sabe quiénes van a llegar a la Cámara de Diputados. El presidente del organismo, Lorenzo Córdova, expresó su extrañeza de que cinco meses después de vencer el plazo para hacer modificaciones a los convenios de coalición, se inconformara aduciendo imposiciones en la designación de abanderados.

En su oficio, el partido inconforme señala: Al desarrollar la fórmula de representación proporcional se percató de que existe un presunto error en el anexo de la cláusula quinta del Convenio de Coalición, consistente en un indebido señalamiento del origen partidista de las candidaturas, que de preservarlo podría derivar en una ilegalidad. Su inconformidad dio espacio a PAN y PRD para cuestionar la legalidad de la estrategia de Morena.

Los representantes de sol azteca, Jorge Álvarez Maynez y Guadalupe Acosta Naranjo, arremetieron contra el fraude a la ley en el que –afirmaron– incurrió Morena con la pretensión de violentar las restricciones legales a la sobrerrepresentación de 8 por ciento. Acosta refirió que hace tres años, Pablo Gómez –en vísperas de ser diputado por el PT– y Horacio Duarte, ambos de Morena, cuestionaron las “diputaciones cachirules” del PRI, conducta que ahora realizan con mayor gravedad, porque el Partido del Trabajo dice que nos las avaló. El panista Eduardo Aguilar sostuvo que es un hecho extraño: son 35 candidatos que el PT desconoce porque no militan en el partido, y Morena no puede reconocerlos ahora para asegurar la sobrerrepresentación.

Morena optó por el silencio. Serían los consejeros quienes validarían la legalidad del esquema señalando la jurisprudencia, que permite a un partido la postulación de militantes de otro, señaló Pamela San Martín. Sin embargo, lamentó que este criterio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación permita dar la vuelta al espíritu de sobre y subrepresentación de partidos en el Congreso.

Marco Antonio Baños descalificó la argumentación del PT de que sus órganos no avalaron las candidaturas, cuando el convenio de la coalición determinaba que serían las instancias directivas de la misma las que las definirían.