Los divorcios son tendencia. En 1990 se registraban 7.2 por cada 100 matrimonios, pero las cifras más recientes reportan 25.7. Especialistas advierten que este fenómeno continuará, al igual que las parejas que deciden vivir en unión libre. La mayoría de quienes solicitan la separación son mujeres.

El año 2000 sumaron 707 mil 422 matrimonios, en 2016 fueron 543 mil 749, es decir, 163 mil 673 uniones menos.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojan que la tasa de divorcios tuvo un incremento significativo en 2010 al pasar a 15.1 por cada 100 matrimonios a 25.7 en 2016.

Un análisis del Instituto Nacional de las Mujeres señala que la edad promedio en que las ellas se divorcian pasó de 36 años en 2011 a 38 un lustro después, y en los hombres de 39 a 41 años.

De las mujeres divorciadas en 2016, 42.6 por ciento tenía algún grado de escolaridad en secundaria o preparatoria; 16.2 por ciento era profesional y 6.6 tenía una carrera técnica. Tenía primaria concluida 7.5 por ciento y 1.7 incompleta. Al momento de la separación, en 2016, 54.3 por ciento de ellas trabajaba o buscaba un empleo. Del resto, 90 por ciento realizaba trabajo doméstico no remunerado en su hogar.

La mayoría de los divorcios se dan por vía judicial, en los que interviene un juez de lo familiar, civil o mixto.

En uno de cada cinco divorcios judiciales entre mujeres y hombres, registrados en 2016, el matrimonio duró menos de cinco años; en uno de cada cuatro, la unión llevaba más de 20 años.

Sobre las causas de la disolución del matrimonio, en su mayoría han sido porque una de las dos partes ya no desea continuar con la unión; seguido por mutuo consentimiento; porque ya había una separación de uno, dos años o más, y por abandono de hogar sin causa justificada.

En menos de uno por ciento se presenta como causa crueldad o malos tratos, amenazas, injurias, violencia intrafamiliar, negativa a contribuir voluntariamente o por sentencia del juez familiar al sostenimiento del hogar, incompatibilidad de caracteres y adulterio o infidelidad sexual.

Rolando Díaz Loving, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo en entrevista que el incremento de divorcios está relacionado con que cuando las personas no se sienten satisfechas prefieren terminar la relación.

En el pasado, independientemente de lo que sentía la gente o la calidad de la relación, la norma indicaba que había que permanecer juntos, dijo.

Señaló que la educación en las mujeres es una de las variables fundamentales en estos procesos, pues a mayor nivel de estudios incrementan sus expectativas y resuelven sus necesidades básicas por ellas mismas.

Gabriela Amores Moya, directora jurídica de la Unión Nacional de Abogadas, dijo que cada vez más las mujeres que se divorcian se sienten totalmente empoderadas.

Destacó que aunque el proceso de divorcio es igual para hombres y mujeres, de acuerdo con el Código de Procedimientos Civiles, ellas se enfrentan a diversos obstáculos, sobre todo para sustentar los argumentos, lo que se ha vivido durante el tiempo de pareja, sea violencia económica y/o física.