Las corrientes que llevaron a la debacle casi 30 años de historia perredista disputan el magro espacio que significa la representación de 24 diputados federales en San Lázaro. Cómo les resulta complicado llegar a un acuerdo para nombrar coordinador, se dividirán los tres años de la 64 Legislatura entre las tribus de los chuchos (Nueva Izquierda), Asamblea Democrática Nacional (ADN) y Vanguardia Progresista.

El control de los recursos que reciben en la Cámara de Diputados, los espacios y empleos para amigos, familiares, parejas y los compromisos en San Lázaro, forman parte del botín que pelean los mismos dirigentes de los grupos de presión que controlan ese partido.

Este lunes los dirigentes de ese partido, los mismos que pretenden la renovación interna (Jesús Zambrano, Jesús Ortega, José Ángel Ávila, Héctor Bautista, Héctor Serrano y Manuel Granados entre otros), se reunirán a puerta cerrada para repartirse los escasos espacios que corresponden al PRD en San Lázaro.

El jaloneo entre esos liderazgos ha dibujado un escenario en el que tendrán cabida como coordinadores –uno por año– Mauricio Toledo Gutiérrez y Héctor Serrano.

El dilema de los chuchos es a quién impulsar: a Toledo Gutiérrez –a quien deben un sinnúmero de favores y apoyos– o a Verónica Juárez, quien ha sido incondicional, porque gracias a ellos esta diputada a conservado posiciones de decisión en las filas perredistas.