La leyenda del atletismo etíope Haile Gebrselassie tiene una sonrisa que proyecta luz y contagia, donde quiera que se presenta el mundo se rinde a sus pies, como ocurrió ayer con esa reverencia al ponerse la playera blanca del maratón Ciudad de México, en el que funge de invitado de honor para ser testigo de los 42 mil 195 corredores, hombres y mujeres, que saldrán del Zócalo capitalino rumbo al estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, el domingo 26.

No es la primera vez que Gebrselassie visita la capital del país. Las veces anteriores por más que trataban de convencerlo de que corriera se negaba a hacerlo y no porque no quisiera, sino por cuestiones de salud. A veces porque se recupe-raba de una lesión o por su padecimiento de asma.

Tampoco en esta ocasión lo hará, quizá después con el proyecto que tiene en mente con un grupo de atletas en los maratones más importantes del mundo, entre los que visualiza al capitalino y del que espera logre algún día recibir la máxima distinción certificada de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF): la de oro.

Retirado de las competencias, Haile, de 45 años, ha sabido invertir el dinero ganado a lo largo de más de dos décadas. Es un prominente empresario. De niño, cuando comenzó a correr por necesidad –hambre y educación– como la mayoría de los africanos acostumbrados a las largas distancias, su fortaleza física y mental fueron la clave, de ahí deriva el éxito del continente convertido en veta de campeones olímpicos y mundiales en la mayoría de las distancias en pista, ruta y campo traviesa.

Mucha gente tiene un don natural, así se decía antes, y hoy tiene uno que prepararse, porque se tiene un estilo de vida diferente. Yo espero que la gente se atreva a correr un maratón. Un día sin entrenar es un día que pierdes y yo no puedo vivir sin correr, expresa Gebrselassie en la entrevista.

Durante su presentación en la ceremonia que encabezó el jefe del Gobierno capitalino, José Ramón Amieva, el etíope doble medallista olímpico y recordista del orbe en diferentes distancias en 27 ocasiones, dijo unas palabras que los directivos retomaron en sus discursos para ofrecer a la ciudadanía una mejor calidad de vida.

Antes yo solía correr para vivir, ahora corro para no morir, dijo Haile, quien realizó movimientos en brazos y piernas como si corriera en cámara lenta y sin perder la sonrisa.

Es mi personalidad, mi carácter y aún cuando estoy enojado sonrío ante las adversidades, refiere en charla con La Jornada, el maratonista que conquistó Berlín, la capital alemana en la que un par de veces mejoró su récord mundial para dejarlo en 2:03.59 hace una década y que ya fue superado.

Confiesa que la primera vez que escuchó México fue el apoyo que dio cuando Italia invadió a Etiopía (en la Segunda Guerra Mundial) y estará siempre agradecido por eso.

La edición 36 del maratón CDMX entregará medallas con la letra O, para completar el nombre de México, y que forma parte de las celebraciones del 50 aniversario de los Juegos Olímpicos del 68, cuenta con el respaldo de Arturo Elías Ayub, director de la Fundación Telmex, quien se dijo encantado de colaborar con Ana Guevara en los proyectos deportivos que tiene en mente o los que ya están establecidos una vez que llegue a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.