La comunidad nahua de Milpa Alta, protagonista de importantes y exitosas luchas recientes en defensa del territorio, la democracia comunitaria y su cultura como pueblo originario, perdió la noche del lunes a su dirigente histórico, Julián Flores Aguilar, campesino y representante general de Bienes Comunales de Milpa Alta y Pueblos Anexos. Don Julián nació el 19 de junio de 1932 en el barrio de la Concepción, o Xaxahuenco, y se convirtió en símbolo de las luchas y la identidad misma de Milpa Alta, extensa delegación capitalina que es también una sólida comunidad de nueve pueblos.

Deja vacante un cargo que, dada la legislación agraria, deberá ser ocupado por un comunero designado por el Tribunal Unitario Agrario (TUA) del octavo distrito, una de las instancias gubernamentales contra las cuales ha contendido Milpa Alta en defensa de sus derechos. Esto crea una situación delicada, donde la representación legítima, y la organización independiente alcanzada por la asamblea queda formalmente en manos de un tribunal no necesariamente amigable en el pasado ante las demandas de Milpa Alta.

Mientras don Julián es velado este martes, un grupo de voceros de la comunidad indígena expresan a La Jornada: Los gobiernos federal y de la Ciudad de México que se van, y los entrantes, deben entender y respetar la transición de Milpa Alta. Si la autoridad agraria es sensible, deberá atender las decisiones de nuestra asamblea. De desbordarse los intereses políticos y económicos que siempre nos han amenazado, se alteraría la vida de un pueblo que ha logrado la dignidad por sí mismo. Hay riesgo de fragmentación e ingobernabilidad.

Asisten a la exequias el delegado de Milpa Alta, Jorge Alvarado, un priísta poco afín a la representación comunal, así como el secretario de Cultura de la CDMX, Eduardo Vázquez Martín, quien apenas el día anterior estuvo aquí con don Julián y el equipo de la representación para presentarlos con los futuros titulares capitalinos de Cultura (Alfonso Suárez del Real) y Desarrollo Social (Almudena Ocejo), quienes al menos podrán decir que lo conocieron.

En el siglo pasado fue parte de los comuneros organizados que unificaron a quienes defendían el patrimonio comunal milpaltense. En 1979 participó en la conformación de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, que nació aquí en Milpa Alta y aglutinó al movimiento campesino independiente cansado del oficialismo. Elegido representante general suplente de Bienes Comunales en 1980, desde 1998 ocupaba la titularidad.

Don Julián impulsó la reforestación de nuestros montes y el mapeo del polígono comunal. Siempre hizo valer los recursos legales para la defensa de nuestros derechos histórico-colectivos. Con él se promovieron unos 20 amparos en defensa del agua, la tierra, la consulta como pueblo originario. Se opuso a proyectos inmobiliarios y urbanizadores, a las trasnacionales y las tiendas de conveniencia. (En todo Milpa Alta no hay un sólo Oxxo).

En 2001, la representación recibió y alojó a integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En 2011, don Julián encabezó la lucha que detuvo la carretera Arco Sur, y en 2016 unificó la oposición a la instalación ilegal de un cuartel de la Marina en tierras comunales. A finales de 2017, como forma de lucha ante nuevos intentos de despojo, impulsó, junto a las representaciones de otros pueblos de la CDMX, la Asamblea Autónoma de los Pueblos de la Cuenca de México.

Bajo la directriz de Flores Aguilar se fortaleció la consciencia para conservar los bosques comunales, último reducto natural de la CDMX. Su fallecimiento cierra una etapa de la defensa de nuestras tierras y comienza otra, concluyen los comuneros. Es responsabilidad de todos los originarios mantener la unidad, el consenso y la concordia al elegir una nueva representación que dé continuidad a la lucha histórica de los pueblos de Milpa Alta.