Martes 14 de agosto de 2018, p. 23
Washington
Una revisión al trato que reciben los jóvenes inmigrantes en un centro de detención de Virginia confirmó que la instalación utiliza técnicas de control que pueden incluir atar a los menores a una silla y cubrirles la cabeza con sacos.
Sin embargo, los investigadores concluyeron que el duro trato descrito por los inmigrantes en el Centro de Detención Juvenil Shenandoah no rebasa el umbral legal del estado para declararlo abuso o negligencia, de acuerdo con una copia de los hallazgos difundida este lunes por el Departamento de Justicia Juvenil de Virginia y obtenida por la agencia de noticias Ap.
Las autoridades hicieron varias recomendaciones para mejorar las condiciones dentro de la instalación ubicada en las montañas, cerca de la ciudad de Staunton, Virginia, incluido contratar más empleados bilingües, ampliar la programación culturalmente relevante
y mejorar las revisiones para proporcionar cuidados a los detenidos que padecen problemas de salud mental.
El gobernador de Virginia, el demócrata Ralph Northam, ordenó la pesquisa en junio, horas después de que Ap publicó los relatos de menores de edad que dijeron haber sido esposados, encadenados y golpeados en la instalación. También describieron que fueron desnudados y colocados en aislamiento, a veces amarrados a sillas con sacos en la cabeza.
Los investigadores estatales dijeron que no pudieron entrevistar a los jóvenes inmigrantes que hicieron declaraciones juradas en las que indicaron que sufrieron abusos graves. Aquellos que emitieron las primeras denuncias como parte de una demanda colectiva federal interpuesta en noviembre de 2017 fueron trasladados a otras instalaciones o deportados a sus países de origen luego de la resolución de sus casos de inmigración.
Northam emitió un comunicado en el que elogió la inspección rápida y completa
que realizó su gobierno.
El grupo activista que representa a los adolescentes latinos que demandaron a la instalación calificó la revisión estatal de profundamente deficiente
, y dijo que los investigadores nunca pidieron hablar con sus clientes.
Los incidentes descritos en declaraciones juradas de seis jóvenes hispanos supuestamente ocurrieron entre 2015 y 2018, en los gobiernos del ex presidente Barack Obama y del actual mandatario Donald Trump.
Aunque los menores fueron encarcelados en instalaciones similares a una prisión, los que están detenidos por cargos administrativos de inmigración no han sido declarados culpables de ningún crimen.