Lunes 13 de agosto de 2018, p. 22
Washington
Menos de una treintena de manifestantes neonazis y miles de antiracistas marcharon este domingo frente a la Casa Blanca en un tenso encuentro que concluyó sin incidentes, un año después de una protesta mortal en Charlottesville, Virginia, informó el diario The Washington Post.
El grupo ultraconservador Unite the Rigth (Unamos a la derecha) tenía permiso para reunir a 400 personas durante dos horas en la plaza Lafayette, frente a la residencia presidencial, pero sólo logró convocar a dos docenas de partidarios.
Las autoridades reforzaron la seguridad en esta capital antes de la marcha convocada en nombre de los derechos civiles de los blancos
por Unite the Right, la misma red supremacista que convocó la protesta del año pasado en Charlottesville, que terminó con una mujer muerta y varios heridos.
Un importante dispositivo se desplegó en toda el área, con barricadas y calles cerradas a la circulación de vehículos, para impedir todo contacto entre manifestantes neonazis y antiracistas que acudieron a la plaza Lafayette.
Los grupos de supremacistas llegaron en medio de una fuerte escolta policial y fueron recibidos por contramanifestantes al grito de: ¡No a los neonazis. No al KuKlux Klan. No a un Estados Unidos fascista!
Se prohibió acudir a la marcha con armas de fuego. El promotor de la manifestación, Jason Kessler, pidió llevar banderas sólo de Estados Unidos y de los Estados Confederados, y evitar emblemas neonazis.
Durante su discurso, Kessler fue interrumpido por gritos y cánticos de los antirracistas que portaron máscaras negras y cascos. No se reportaron detenidos.
Kessler pidió permiso para marchar de nuevo en Charlottesville, pero las autoridades locales se lo negaron. La pequeña ciudad de Virginia, al sur de Washington, no quiso revivir los sucesos del 12 de agosto de 2017, donde al culminar una marcha se desencadenaron choques que se saldaron con una mujer muerta.