Indígenas, sin nada qué celebrar
estivales, conferencias, presentaciones de libros y ferias de artesanías, entre otras actividades culturales, se organizaron institucionalmente con ocasión del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas desde diciembre de 1994. Nada se dijo, por supuesto, de la actual embestida a sus territorios ni de la salvaje represión que viven por defender lo que es de ellos y es de todos, como la tierra, el agua, el viento y el subsuelo.
Los pueblos indígenas son la base de la cultura nacional, sus sistemas de organización y de cooperación, sus aportaciones a la ciencia con sus conocimientos tradicionales y la protección y conservación de los recursos naturales, entre otros aspectos, han contribuido a nuestro desarrollo (sic)
, se atrevió a publicar la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Nada más lejano al verdadero pensamiento institucional. Y como muestra están los seis nahuas de la comunidad de San Pedro Tlanixco, municipio de Tenango del Valle, estado de México, presos desde hace 15 años por defender su agua.
Privados de su libertad desde 2003, Teófilo Pérez, Pedro Sánchez y Rómulo Arias fueron sentenciados en 2007 a penas de los 50 a los 54 años. Y Marco Antonio Pérez, Lorenzo Sánchez y Dominga González recibieron una condena de al menos cinco décadas para cada uno. Fueron acusados de dar muerte al empresario Alejandro Isaak Basso, líder de los floricultores del municipio de Villa de Guerrero, quien desde el año 2000 empezó a disputarle a la comunidad el uso y disfrute del río Tex-caltenco, que nace en San Pedro Tlanixco.
El proceso jurídico estuvo repleto de irregularidades y de juicios racistas, nada se les probó y fueron sentenciados. Por ejemplo, Dominga González, hoy de 61 años, de los cuales lleva 15 tras las rejas, fue sentenciada porque los acusadores declararon que participó una mujer morena y chaparrita
. Y así el resto de los señalamientos a los otros cinco nahuas de Tlanixco.
La libertad de los seis y el respeto a su río, es la única manera de celebrarlos.