
Lunes 6 de agosto de 2018, p. 32
Si como mexicanos anhelamos tener un país armónico, la sociedad, el gobierno, las bancadas políticas e iglesias deben “asumir nuevas dinámicas de encuentro, en las que prevalezca el respeto y la dignidad del otro”, señaló la Arquidiócesis de México en su editorial de ayer, en la cual convocó a desterrar “la cultura del insulto” y a vivir “el espíritu del diálogo”.
En el semanario Desde la Fe, la arquidiócesis expuso que apenas anunciados los primeros cambios por venir en los distintos niveles de gobierno, “los halagos y las críticas no se han hecho esperar en los diferentes medios de comunicación: lo que políticamente ha parecido bien a unos mexicanos ha sido visto de manera distinta por otros”.
Apuntó que “si bien el acercamiento entre sectores históricamente enfrentados parece una posibilidad, actualmente suena muy difícil un ensamble de posturas opuestas; sin embargo, pese a las diferencias de opiniones, definitivamente se puede avanzar –mediante el factor ‘respeto’– por el camino del destrabe de esos nudos sociales que sólo abonan a las desarmonías de una nación”.
Como miembros de una sociedad polarizada, añadió, seguramente la mayoría contamos con un catálogo de insultos para quienes tienen opiniones enfrentadas a las nuestras, pero éstos dan pie a otros que al igual pretenden aniquilar el derecho de la persona a ser “respetable”.
Por otra parte, el Centro Católico Multimedial, en su editorial dominical, retomó lo establecido recientemente por el papa Francisco sobre la pena de muerte, y en el contexto nacional destacó: “nada ni nadie puede tomar la vida de otro, nada lo justifica, ni el poder legítimamente constituido o quienes pretendan rivalizar con el Estado para someter a cualquiera a través del terror”.