lo largo de los pasados 36 años, el gobierno (en sus seis presentaciones, de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto) ha repetido hasta la ignominia que gracias a la política económica del régimen, el país va por el rumbo correcto y que los resultados corresponden a las aspiraciones del pueblo mexicano.

Nada ni nadie ha logrado modificar el ramplón discurso institucionalizado, a pesar de la creciente pobreza, la brutal disparidad, la elevadísima concentración del ingreso y la riqueza, el abultado de-sempleo y la progresiva precariedad de las plazas generadas, los salarios miserables y tantas otras desgracias sociales que han convertido a México en uno de los países más desiguales del planeta.

Ante este panorama, el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados realizó una encuesta nacional en vivienda ( Situación económica nacional, de la que se toman los siguientes elementos), cuyos resultados contrastan, tajantemente, con el machacón cuan alegre discurso oficial. Van pues.

Entre los encuestados, 78.8 por ciento manifiesta que la situación económica del país va por el camino equivocado; sólo 3.8 por ciento cree que va por el rumbo correcto; 80.1 por ciento considera que en los pasados 12 meses la situación económica ha empeorado mucho/poco, mientras la percepción de 9.1 por ciento es que ha mejorado poco/mucho. Para 76.2 por ciento el panorama económico es malo/muy malo.

Al referirse a la economía personal, 70 por ciento de los encuestados cree que en los pasados 12 meses su situación empeoró poco/mucho y sólo 13.5 por ciento que mejoró mucho/poco. En los pasados tres meses, 67.2 por ciento de la población entrevistada percibe que la situación económica ha empeorado mucho/poco y 15.1 por ciento que ha mejorado; 88.7 por ciento asegura que el dinero le rinde menos, 6.3 por ciento igual y 4.2 por ciento más respecto del pasado año.

A fin de impulsar la economía, 31.6 por ciento de la muestra cree que debería combatirse la corrupción; 22.1 se inclina por la generación de empleo; 21.2 por el aumento al salario mínimo; 17.8 por el impulso a la pequeña y mediana empresa, y 3.5 por ciento por mayor inversión.

Reconoce 58.7 por ciento de los entrevistados por el Cesop que no tiene posibilidad de adquirir, por medio del salario de su trabajo, todos los productos de la canasta básica. Respecto del ingreso percibido, 42.9 por ciento manifiesta que sobrevive al día; 33.2 que puede planificar para una semana; 11.5 que vive holgadamente y 9.5 que le alcanza para planear entre dos y cuatro días.

Sólo 2.9 por ciento de la población participante manifiesta haber adquirido una propiedad durante el año pasado; 1.3 adquirió una vivienda y 0.8 compró un auto; 85.6 por ciento no puede ahorrar.

Con los incrementos a los precios de las gasolinas, 72.1 por ciento percibe que el costo de la canasta básica se ha disparado y no le alcanza; en los pasados 12 meses 40.5 por ciento tuvo problemas para pagar su renta o hipoteca; a 60.1 se le complicó el pago de luz, teléfono, agua, gas u otro servicio; a 64 se le dificultó pagar o comprar ropa o zapatos; 33 por ciento manifestó no tomar por lo menos tres alimentos al día y 61.8 no pudo renovar o comprar enseres domésticos; 39.6 tuvo dificultades económicas para ir al médico y 39.6 para adquirir medicamentos; 20.8 tuvo complicaciones por falta de dinero para asistir a la escuela.

Las rebanadas del pastel

Entonces, sin un giro en la política económica difícilmente se transformará el país y mejorará sustancialmente el bienestar de los mexicanos.

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