El Banco de México (BdeM) determinó ayer mantener sin cambios la tasa de interés interbancaria en 7.75 por ciento al advertir que la economía nacional seguirá transitando por un panorama complejo, tanto en los ámbitos externo como interno. Reconoció que en junio hubo un aumento de precios mayor al previsto en gasolinas y gas LP.

El escenario continúa sujeto a riesgos y a una marcada incertidumbre, tanto por presiones al tipo de cambio por la fortaleza del dólar y un entorno de mayores tasas de interés externas, como por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), acciones proteccionistas de Estados Unidos y disputas comerciales, detalló.

Planteó la posibilidad de que el peso se aprecie si se alcanza un resultado favorable para México en la renegociación del TLCAN.

En su decisión de política económica, la Junta de Gobierno del BdeM también tomó en cuenta que la economía se contrajo durante el segundo trimestre de 2018 en comparación con el primero, debido a un debilitamiento en las exportaciones y a que se revirtió el dinamismo en la inversión a la construcción, aunque el consumo privado mantuvo números positivos.

Las condiciones de holgura en la economía mostraron un relajamiento, y es previsible que en 2018 el crecimiento del producto interno bruto (PIB) se ubique en la parte inferior del rango previsto (de 2 a 3 por ciento), sostuvo.

Las previsiones contrastan con lo ocurrido en las semanas pasadas, ya que el BdeM destacó que mientras en el mundo hubo volatilidad, en México disminuyó e incluso el peso se apreció frente al dólar, en parte por una menor incertidumbre tras la elección y una mejoría por las perspectivas de la renegociación del TLCAN.

Recordó que la inflación disminuyó en los primeros meses de 2018, pero las alzas en junio afectan su trayectoria para los siguientes 12 meses. Si bien acotó que el efecto será transitorio, también mencionó que los especialistas del sector privado subieron de 4 a 4.25 por ciento su pronóstico de inflación para 2018, aunque el BdeM la mantuvo en un rango de 3 por ciento.

Indicó que persiste el riesgo de que se presenten incrementos adicionales en los precios de energéticos y de bienes agropecuarios, o que la inflación presente un comportamiento adverso por un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias de Estados Unidos.

De requerirse un ajuste del tipo de cambio, el banco central se comprometió a que se dé ordenadamente, pero al mismo tiempo recomendó impulsar la productividad y consolidar las finanzas públicas.