La trata de personas –que considera mercancías a los seres humanos– es un negocio rentable para el crimen organizado que sólo está debajo del narcotráfico y el tráfico de armas. Combatir este delito es responsabilidad del gobierno y también del sector privado, el cual debe estar consciente de que en su cadena de suministros hay trata de personas, pues muchas veces consumimos productos que fueron elaborados por víctimas de este delito, señaló Denisse Velázquez, coordinadora del programa Organización Internacional para las Migraciones de la Agencia de Migración de la ONU.

De acuerdo con datos de 2016, de 8 mil 500 personas víctimas de la trata en el mundo, se encontró que 43 por ciento eran mujeres, 14 por ciento niños y 87 por ciento fue trata transfronteriza. En 80 por ciento de los casos fue con fines de explotación laboral, en trabajos forzados, señaló en una videoconferencia convocada por el Instituto Nacional de Desarrollo Social y la Secretaría de Desarrollo Social.

Trabajos forzados en la frontera sur

En el contexto del Día Mundial Contra la Trata de Personas, la senadora panista Adriana Dávila dijo que la frontera sur tiene un problema de trabajos forzados, mientras que en el centro del país hay prostitución forzada.

Denisse Velázquez explicó que la trata de personas es un delito transnacional y está relacionada con las migraciones; se realiza por una persona, un tratante, y el contacto se establece con el engaño o la coacción, no es necesario el cruce de las fronteras, es un delito contra la persona. En tanto que el tráfico ilícito de migrantes es la acción que realiza un traficante, el contacto con la gente es consentido y voluntario, siempre incluye el cruce de fronteras y es un delito contra el Estado al violentar las regulaciones migratorias.

México es un país de origen, tránsito, destino y retorno tanto de personas migrantes como de víctimas de trata. Destacó que para perseguir los delitos es necesaria la coordinación, pues hay responsabilidad del gobierno y también del sector privado.

Por su parte, Mariana Wenzell, directora general de la Asociación Nacional contra la Trata Humana en la Sociedad (Anthus), destacó que los grupos indígenas son uno de los sectores más vulnerables. A las personas víctimas de este delito se les apoya con atención médica, desintoxicación, atención psicológica y jurídica, entre otras acciones.

Detalló que el enamoramiento es una de las formas de enganche de las mujeres, las cuales muchas veces no se sienten como víctimas. Además, está el problema de la drogadicción, una de las formas que también se utiliza para controlar a las personas.