Madrid

Taxistas españoles estallaron ayer una huelga. Ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga, Alicante, Zaragoza y Palma de Mallorca vivieron jornadas viales de caos, desesperación y colapso por la movilización de los choferes para cerrar el paso a las plataformas de las multinacionales Uber o Cabify, las cuales, consideran, hacen competencia desleal y ponen en riesgo el sustento de cientos de miles de familias.

El gobierno español del socialista Pedro Sánchez intentó zanjar el conflicto con una reunión, que acabó en fracaso y la amenaza de intensificar las protestas.

Nunca antes el sector se había coordinado y unido prácticamente en su totalidad para detener el aumento paulatino pero constante de las llamadas licencias de vehículos con conductor (VTC), que son, a su vez, las que permiten operar en los centros urbanos a los vehículos promocionados desde las plataformas digitales Uber y Cabify.

En Barcelona, donde se originó el conflicto a raíz de una reforma legal mal ejecutada de la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, las principales avenidas fueron cerradas por comandos de taxistas que no dejaron entrar ni salir vehículos. También el aeropuerto, la estación de trenes e incluso algunas centrales de autobuses padecieron los estragos de una protesta que reclama una regulación justa y una limitación de un vehículo VTC por cada 30 taxis regulares.

En Madrid las imágenes del aeropuerto y la vía principal de la ciudad, el Paseo de la Castellana, era similar: colapso vehicular, desesperación de turistas y viajeros, y un profundo malestar tanto de ciudadanos como de taxistas, cada vez más indignados tanto con las autoridades públicas como con sus representantes gremiales, a los que acusan de postergar los reclamos de una legislación acorde con lo pactado.

Según datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento, actualmente operan en España 9 mil 366 VTC y 65 mil 277 taxistas, es decir, una proporción de uno por cada siete. Esa cifra supera el tope de uno-30, que establece la ley de transporte de 2015.

Madrid encabeza el ranking con 4 mil 308 licencias VTC, seguida de Barcelona (mil 363).

Con la huelga general indefinida, el sector reclama cuatro reivindicaciones principales. La primera de ellas es la transferencia de competencias a las comunidades autónomas para que el equilibrio sobre la proporcionalidad uno-30 se cumpla. También reclaman cambios normativos a la ley y reglamento de transportes. Asimismo, exigen un compromiso para no poner en funcionamiento nuevas autorizaciones VTC en las diferentes comunidades autónomas hasta que se reúna la Conferencia Nacional del Transporte.

Por último solicitan la puesta en marcha de la web de registro y control de VTC aprobada en diciembre de 2017.

El gobierno prometió ayer a los asociaciones de taxis que aprobará un decreto en septiembre que transferirá las competencias en la concesión de licencias VTC –como las de Uber o Cabify– a las autonomías, tal como exigían entre sus reclamos.

Las centrales de taxistas consideran insuficiente la promesa y mantienen la huelga, la cual se podría alargar hasta mañama. No sólo continuaremos con las protestas, sino es probable que se intensifiquen, advirtieron desde la plataforma del sector.