Si don Ignacio Trelles dirigiera en esta época, ¡ya se habría suicidado! al ver todas las cosas inverosímiles que ocurren en el futbol mexicano, aseguró entre risas Rubén Maturano, quien durante más de dos décadas fue auxiliar técnico del ex estratega, quien este martes cumple 102 años de vida.

“Él ha sido mi maestro, mi amigo y casi mi padre. Tuve la suerte de trabajar y convivir con él durante 24 años, gracias a él aprendí muchísimas cosas. No creo que exista actualmente algún entrenador que tenga la capacidad que él tenía, fue un adelantado a su tiempo.

El único malestar que tiene ahorita es su añeja lesión en la rodilla, pero de su cerebro está muy bien, aún platicamos sobre los partidos, él sigue viendo futbol, ¡y lo interpreta mejor que cualquiera!, aseveró el también ex timonel de 73 años, en entrevista con La Jornada.

Consideró que el mayor legado de Trelles, quien nació el 31 de julio de 1916 en Guadalajara, Jalisco, y es el técnico más ganador del balompié nacional, con 15 títulos, ha sido la honestidad futbolística y el trabajo.

Explicó que actualmente hay algunos entrenadores que piden dinero y él nunca hizo eso, todo era transparente. Entre muchas otras cosas, él nos enseñó a ganar cada peso con el sudor de nuestras frentes, trabajando, no con transas ni malas jugadas, como suelen hacerle ahora muchas personas que están involucradas en este deporte.

Para Maturano, Trelles –quien dirigió al Tri en los mundiales de Suecia 1958, donde consiguió el primer punto para México; Chile 1962, donde logró la primer victoria, e Inglaterra 1966– destacó y trascendió a través de la historia principalmente por su forma tan revolucionaria de entrenar.

“Era increíble ver cómo planificaba los juegos, cómo detectaba minuto a minuto lo que iba a pasar, él siempre tenía el ajuste necesario, ya sea en el ataque o en la defensiva, para lo que estaba pasando en la cancha.

“Algo que hay que subrayar es que siempre le daba importancia a las juntas técnicas, donde nos preguntaba nuestra opinión sobre alguna situación, tanto a jugadores como al cuerpo técnico.

Todos hablábamos, él nos escuchaba atentamente y nos daba sus comentarios, no era impositivo, nos daba la oportunidad de dialogar y eso te enriquecía mucho; entonces, ya cuando salíamos, todos teníamos la misma idea, era una suma de opiniones que muchas veces nos hizo ganar, compartió.

Indicó que otro aspecto a resaltar en la extensa trayectoria de don Nacho “es que siempre nos enseñó a ser unidos. Esa frase de ‘uno para todos y todos para uno’ siempre la ponía en práctica, así como la de ‘no se den por vencidos ni aún vencidos’”.

Finalmente, Maturano se mostró esperanzado de que el futbol mexicano pueda retomar algo de lo mucho que nos enseñó Trelles.