Domingo 29 de julio de 2018, p. 30
Hoy por hoy el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no es mortal, pero los estigmas persisten y es lo que inhibe a las personas a realizarse una prueba y, en caso presentar un resultado reactivo, acceder a los tratamientos de manera oportuna, advirtió Blanca Martínez Torres coordinadora del programa pruebas rápidas en AHF-México AC (Aids Healthcare Foundation).
Durante una jornada de aplicación de pruebas rápidas para detectar infecciones de transmisión sexual, Martínez Torres explicó que una de las finalidades de la organización es normalizar el tema del VIH en el país para romper con mitos e información incorrecta: que sepan las personas que existe y es una realidad que se vive
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Datos del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida revelan que, a diciembre de 2016, 220 mil personas vivían con VIH y para 2020 se estima que serán 250 mil. Asimismo, reporta que 57 por ciento de las personas que se prevé vivirán con el virus para 2020 conocen su estado serológico.
La coordinadora del programa Pruebas Rápidas en AHF México apuntó a la existencia de factores sociales que no permiten a las personas considerarse en riesgo, y por tanto, someterse a una prueba para la detección de algún tipo de enfermedad de transmisión sexual, tal es el caso de la pareja estable. Según información brindada en la jornada, siete de cada 10 personas que adquieren VIH tenían un compañero estable.
Por tanto, destacó la importancia del uso del condón para todas las prácticas sexuales, y si decide o en algún momento se presenta alguna situación de riesgo, recomienda la aplicación de la prueba del virus tres meses después del contacto.
A su vez, advirtió que si bien es creciente el uso de la Profilaxis Previa a la Exposición al VIH, es decir un tratamiento que debe tomarse todos los días para evitar la transmisión del virus, los medicamentos no protegen contra otras infecciones de transmisión sexual. Además, señaló, la falta de abasto y corrupción que rodea los antirretrovirales en nuestro país debería hacer que los portadores fueran prioridad.
El proceso de aplicación de la prueba no excede los 20 minutos: una plática informativa acompañada por el llenado de un formato anteceden al piquete en el dedo para obtener unas gotas de sangre y escuchar el resultado. Si es reactivo, la organización te acompaña a los servicios de salud.