Domingo 29 de julio de 2018, p. 22
Madrid
El ex presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, advirtió al mandatario español, el socialista Pedro Sánchez, que se acaba el periodo de gracia
, en alusión al apoyo parlamentario que dio su grupo en el Congreso de los Diputados de Madrid para que saliera adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy que lo llevó al poder.
El líder independentista compareció luego de volver a Waterloo, Bélgica, después de cuatro meses en Alemania, tras ser detenido y procesado a petición de la justicia española.
Puigdemont fue arrestado en abril cerca de Hamburgo, cuando intentaba llegar a Bélgica después de dictar conferencias en países nórdicos. El Tribunal Supremo español había reactivado una orden de extradición por los delitos de rebelión, desobediencia y malversación. Después de cuatro meses de proceso, la justicia alemana autorizó la extradición, pero únicamente por el delito de malversación, lo que supuso un revés a la causa judicial abierta en Madrid contra 23 dirigentes catalanes que impulsaron y diseñaron el proceso de independencia unilateral fallido del pasado 27 de octubre.
La sentencia alemana supuso que el juez español Pablo Llarena decidiera rechazar la extradición únicamente por ese delito, con lo que a partir de ese momento Puigdemont tuvo libertad de movimiento parcial, una vez que puede circular libremente por territorio europeo, pero en cuanto pise suelo español sería detenido, ya que todavía tiene abierta la causa en su contra por los tres delitos mencionados.
A pesar de la distancia, Puigdemont mantiene un control férreo del movimiento en favor de la independencia de Cataluña. De hecho, en el pasado congreso de su Partido Demócrata de Cataluña ordenó destituir de la dirección a la entonces lideresa Marta Pascal, quien decidió apoyar la investidura de Sánchez durante la moción de censura.
El gobierno pende de un hilo
Con Pascal fuera de los órganos de poder y con Puigdemont de regreso en Bélgica para controlar las decisiones del PDCAT, el gobierno del socialista Pedro Sánchez pende de un hilo, una vez que tiene una frágil mayoría parlamentaria fraccionada en al menos cinco grupos de diversas tendencias y orígenes, entre ellos los dos grupos del independentismo catalán. De ahí que la advertencia de Puigdemont a Sánchez, de que se acaba el periodo de gracia
, adquiere la máxima importancia, pues de cumplirse la amenaza de la retirada del apoyo se podría precipitar elecciones anticipadas en España, que acabaría en meses con el nuevo gobierno de Sánchez.
El actual mandatario catalán, Quim Torra, quien estuvo este sábado en Bélgica con Puigdemont, dijo que otra prioridad de su gobierno es liberar a los presos políticos catalanes. Puigdemont no puede volver a España sin ser detenido.
En tanto, el nuevo líder del Partido Popular, Pablo Casado, advirtió que de mantenerse la amenaza del independentismo catalán sobre las instituciones, el gobierno hará una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución. Además, anunció que presentará una propuesta parlamentaria para endurecer el Código Penal en delitos similares a los que supuestamente incurrieron los dirigentes separatistas en su intento de secesión unilateral de hace meses.