Tapachula, Chis

Los productores de cacao del sector social de las regiones Sierra y Soconusco de Chiapas han resistido la lógica agroindustrial basada en los monocultivos, la explotación intensiva de la tierra y la utilización de agroquímicos.

Desde 1991 se organizaron cooperativas de producción del grano con perfil agroecológico con el objetivo del comercio justo. Si te conviene, vendes, si no, no; es una sana conveniencia mutua productor-cooperativa, señala José Adrián Caballero, de la Red Maya de Organizaciones Orgánicas.

Los socios de las cooperativas les pagan a 65 pesos el kilogramo de cacao orgánico, mientras que el precio fuera del esquema y pagados por los coyotes a los productores es de sólo 38 pesos.

Los productores agroforestales decidieron identificar los árboles del cacao histórico y usarlos como pie de cría. Esta es una de las formas que usan para enfrentar el cambio climático con recursos y especies locales. Pensar globalmente y actuar localmente.

La palma, el mango y la caña son nuestro enemigo y del cacao, pues echan a perder la tierra, la deterioran, explica Demetria Gutiérrez, productora de cacao del poblado Álvaro Obregón, municipio de Tapachula, e integrante del Centro Agroecológico San Francisco de Asis (Casfa).

Los más de 220 productores de cacao del Casfa y la red ya tienen clientes consolidados en Canadá y Francia, tanto en productos terminados como en materia prima. Bernardina Cruz, de la colonia Aquiles Serdán, en el municipio de Mazatán, tiene a su cargo la receta para los chocolates en distintas presentaciones cuya exportación a Europa está en trámite. “Con nuestra asociación fuimos los primeros que inauguramos el embarcadero de Puerto Chiapas en 2006; de ahí salió a Francia nuestro primer embarque de producto orgánico…”, cuenta orgulloso Raúl Hernández, del municipio de Tuzantán.

Desde 2006, la Red y el Casfa han colocado en el mercado europeo 620 toneladas de cacao orgánico, refiere Jorge Aguilar, uno de los artífices de ese giro en los cultivos.