Domingo 29 de julio de 2018, p. 19
La nueva administración del país, encabezada por el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador, tendrá el desafío de encontrar solución a los problemas más serios de la nación: pobreza, desigualdad, bajo crecimiento económico, inseguridad y corrupción, causados por un modelo que ha inhibido el desarrollo de México, sostuvo el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Advirtió que ahora le toca al equipo de transición comenzar a luchar contra las consecuencias visibles de los males sistémicos que aquejan a la sociedad mexicana
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Comentó que si bien en el periodo de transición normalmente no hay un desgaste político, éste podría ser la excepción porque existen la menos cinco escollos.
El primero, es la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pues es preciso que los nuevos encargados de negociar el pacto trilateral tengan una estrategia ante la propuesta de EU de poner en marcha uno bilaterales.
El segundo obstáculo, dijo, es la desaceleración económica interna, pues para el segundo semestre la actividad industrial y los servicios enfrentarán una dinámica que podría conducir a un crecimiento de entre 1.5 y 2 por ciento para lo que resta de 2018. Sin embargo, la evolución de los ciclos prevén un comportamiento negativo en el PIB del primer semestre de 2019.
El tercer reto que destacó el IDIC es el gasto de gobierno, pues la inversión pública se frenó debido a un ajuste fiscal, el mismo error de los pasados 40 años que causó menor crecimiento.
A esto se suma el cierre de una proporción del gasto corriente, por lo que los criterios de ajuste fiscal restrictivo entregarán una desaceleración.
Por otro lado, desde julio de 2017 los ciclos de la manufactura en el país comenzaron a separarse; si se desacelera la economía en Estados Unidos hay alza en tasas de interés y se da una ruptura entre las manufacturas de ese país y las de México.
La quinta se relaciona con la reconfiguración de la Organización Mundial de Comercio y la guerra comercial, pues México diseñó toda su política económica en función de una arquitectura de comercio exterior que cambiará, sin contar con el abandono de la política industrial.