Manuel Lapuente dejó claro que no se deben hacer ídolos de barro y señaló que para juzgar el trabajo de Juan Carlos Osorio se deben considerar los resultados que tuvo en los torneos importantes y no en partidos amistosos. Indicó que el colombiano demostró su honradez al dejar el banquillo Tricolor, porque no consiguió el propósito que tenía con el equipo.

“Veo que le ponen un récord de no se cuántos partidos ganados y pregunto: ¿De qué estamos hablando? De puros partidos amistosos y moleros, en vez de analizar los torneos en los que participo. Osorio dirigió al Tri en Mundial, Copa Confederaciones, América y Oro. Nos fue bien en la eliminatoria, pero en los resultados salió mal”, precisó.

El ex timonel del Tricolor detalló que Osorio hizo lo que pudo, pero los resultados no pueden ayudarlo por lo que reconoció el hecho de que decidiera no continuar al frente de la escuadra mexicana.

Al irse, Osorio muestra su rectitud y que es un hombre honrado, eso no se lo puede quitar nadie, pero para mí no le fue bien. Su propósito era llegar mucho más lejos, él así lo concibió, no lo logró y ni modo, así es el futbol, dijo.

Como persona le pondría 100 puntos, porque es un caballero, como técnico no quiero calificarlo. Sólo califico los resultados. Los títulos y marcadores en los torneos cuentan todo, los amistosos son para entrenar, lo que hay que ver son los partidos de campeonatos, aseveró.

Sostuvo que el estratega que llegue a la selección debe ser mexicano o que se haya formado en la Liga Mx, en caso de elegir a un extranjero debe tener logros internacionales que lo respalden.

“Un extranjero no tendrá el conocimiento suficiente para entender la idiosincrasia del futbol mexicano, si van a traer a alguien que sea un entrenador como Pep Guardiola, un José Mourinho, como en una época se trajo a César Luis Menotti, quien fue campeón del mundo. También pueden buscar a alguien que haya hecho su carrera en México o que sea mexicano”, detalló.

A su vez, Raúl Potro Gutiérrez apuntó que el proceso de Osorio fue espinoso y si tuvo que irse fue porque su forma de juego jamás logró convencer y el Mundial fue la gota que derramó el vaso.