Washington

Corea del Norte entregó ayer 55 pequeñas cajas envueltas en banderas con los supuestos restos de soldados estadunidenses muertos en la guerra de Corea, señalaron funcionarios, primer paso para implementar un acuerdo alcanzado en una histórica cumbre en junio pasado.

La repatriación de los restos es vista como un modesto logro diplomático para el presidente estadunidense, Donald Trump, ya que fue uno de los convenios alcanzados durante su reunión en Singapur con el líder norcoreano, Kim Jong-Un, destinada a asegurar la desnuclearización de Corea del Norte.

Después de tantos años, éste será un gran momento para muchas familias. Gracias a Kim Jong-Un, escribió Trump en Twitter. Un comunicado de la Casa Blanca manifestó más temprano: Estamos motivados por las acciones de Corea del Norte y el impulso para un cambio positivo.

Un avión militar de transporte estadunidense voló a un aeródromo en Wonsan, ciudad del noreste de Corea del Norte, para trasladar los restos a la base aérea de Osan, Corea del Sur, informó un comunicado de la Casa Blanca.

Soldados con uniformes de gala, con guantes blancos, cargaron lentamente las 55 pequeñas cajas cubiertas con la insignia azul y blanca de Naciones Unidas, colocándolas una por una en camionetas plateadas en la pista de aterrizaje en Osan.

Oficiales observaban las banderas de Estados Unidos, Corea del Sur y Naciones Unidas. Una ceremonia formal de repatriación se celebrará el miércoles en Osan, dijo la Casa Blanca. Los restos serán trasladados a Hawai para continuar los procedimientos, dijo el Comando de la ONU en un comunicado.

El traslado de los restos coincidió con el 65 aniversario del armisticio de 1953, que puso fin a los enfrentamientos entre fuerzas norcoreanas y chinas, por un lado, y Corea del Sur y fuerzas lideradas por Estados Unidos, bajo el Comando de la ONU, por otro. Pyongyang y Seúl siguen técnicamente en guerra, porque nunca se firmó un tratado de paz.

La promesa de transferir los restos fue vista como un gesto de buena voluntad de Kim en la cumbre de junio. Aunque tomó más tiempo de lo que algunos funcionarios estadunidenses hubieran esperado, la entrega reavivará la esperanza de lograr progresos en las conversaciones atómicas.