Cada vez que se escribe sobre la violencia contra las mujeres, que se habla de ese tema en conversaciones públicas y privadas, ‘‘es un paso más para derrotar ese machismo atávico, aterrador, que no solamente destruye a las mujeres sino también a los hombres”, dijo la escritora colombiana Laura Restrepo (Bogotá, 1950) durante la presentación de su nueva novela, Los Divinos.

En el Centro de Cultura Casa Lamm, la noche del miércoles, cientos de personas se dieron cita para escuchar a la autora, quien habló de su libro publicado por la editorial Alfaguara.

Laura Restrepo estuvo acompañada de las periodistas Cristina Pacheco y Lydia Cacho, además de Mayra González, directora de ese sello.

‘‘Hablar de la violencia y romper el silencio es un paso fundamental. Creo que parte de las razones por las que la violencia contra la mujer se ha permitido a través de los siglos, y hoy comienza a destaparse de tal manera que la sentimos una plaga, es el silencio. Durante cuántos siglos estos crímenes han sucedido en silencio, por el pudor, el temor de las propias familias, el dolor de la mujer violada de pasar por la policía, el hecho repetido en todos los países que por 10 casos de violación, si acaso le ponen atención a uno, y la posibilidad de que el criminal vaya a la cárcel es reducida”, añadió Restrepo, quien aludió al caso de La Manada, en España (cinco jóvenes fueron acusados de violación, grupal en agravio de una joven de 18 años y debido a que sólo fueron condenados por abuso sexual, se desató una oleada de protestas).

Los Divinos, explicó su autora, ‘‘es ficción salvo la alusión al crimen que fue espantosamente real; me inventé un asesino, un grupo de amigos, de niños, con todos los privilegios de la clase alta bogotana. Digo ‘niños’ aunque son cuarentones porque su manera de ser es tan infantil que no hay otra forma de decirles”.

Sin embargo, ‘‘parte de la reacción que hubo en el hecho real que salió la gente a la calle después del crimen, tenía que ver con la sorpresa: un país como Colombia, tan acostumbrado a la violencia y a la guerra y de alguna manera insensible a las noticias de los asesinatos, y sin embargo había un ingrediente adicional que le reventó la cabeza y el corazón.

▲ Una ‘‘de las razones por las que la violencia contra la mujer se ha permitido a través de los siglos, y hoy comienza a destaparse de tal manera que la sentimos una plaga, es el silencio. Durante cuántos siglos estos crímenes han sucedido en silencio, por el pudor, el temor de las propias familias, el dolor de la mujer violada de pasar por la policía, el hecho repetido en todos los países que por 10 casos de violación, si acaso le ponen atención a uno, y la posibilidad de que el criminal vaya a la cárcel es reducida”, sustenta Laura Restrepo (Bogotá, 1950), quien presentó su novela más reciente.Foto Marco Peláez

‘‘Acostumbrados a los crímenes de los militares, paramilitares, guerrilleros, delincuentes, este crimen atroz estaba hecho por placer. Esto iba por lo más humanamente concebible, ¿por qué este hombre que todo lo tiene busca a la más débil de las criaturas para machacarla, destrozarla de la manera como lo hizo? La pregunta era demasiado profunda para mí como para toda la sociedad. Este libro se impuso para mí, como los libros de Lydia Cacho se le imponen a ella; no hay más remedio porque se te convierte en una pesadilla, una obsesión. Escribo y soy madre y como madre era imposible no escribir un libro sobre esto.”

Obra maestra de la literatura policial, define Cristina Pacheco

Cristina Pacheco dijo que Los Divinos ‘‘es uno de los libros más impresionantes que he leído”, no sólo porque parte de un hecho terrible, sino por la forma en la que está escrito, y ‘‘que me hace pensar en esta novela como una obra maestra de la literatura policial”.

Lydia Cacho sostuvo que el libro de Laura Restrepo ‘‘no solamente nos hace comprender desde el alma lo humano y la voz de lo masculino, sino lo que está sucediendo en el mundo en este momento; me parece que los personajes no son sólo esos hombres en particular, son millones de hombres los que ejercen la violencia, otros los que la sufren.

‘‘Los diálogos me parece que están construidos de una forma arquitectónica, matemática, vamos leyendo la novela y se mete en el corazón pero nos llega a la cabeza, no nos deja paralizados”.

Añadió que Restrepo ‘‘investiga la anatomía del dolor y el sufrimiento de lo masculino. Hace una investigación muy puntual sobre lo que significa ser ese agresor y esa víctima que a veces tiene nombre y otras no. Pensé que nos estaba haciendo falta para entender desde dónde podemos comenzar a comprender el tema de la violencia contra las niñas y el feminicidio, pero no me parece que sea una novela de denuncia: es una gran pieza literaria”.