Con bossa nova, samba, soul, balada, fox trot, ritmos afroperuanos y blues-swing, Mariana Mallol teje redes de comunicación con los niños y reivindica un derecho: La música es placentera para todos y la podemos hacer en cualquier momento.

En el espectáculo multidisciplinario Agüita de limón con chía, que se presentará en el Lunario del Auditorio Nacional el 29 de julio, la creadora y compositora recurre a una sutil paleta de colores y una enorme colección de rondas, juegos, títeres, trabalenguas y teatrinos de sombras para fomentar diversas habilidades entre el público.

La música siempre proporciona bienestar, no importa si estás triste, contento, preocupado o lo que sea, es un canal invaluable para explorarnos a nosotros mismos, afirmó Mallol, quien con cinco músicos y la colaboración de especialistas en curaduría de obras infantiles y pedagogía, recrea en escena un ambiente lúdico.

Los expertos, detalló, dicen que la infantil es la etapa más importante de la vida, cuando hay que estimular todos los sentidos y arropar emocionalmente a las personas.

Agüita de limón con chía es más que un espectáculo musical, porque se trata de una producción realizada por expertos en artes escénicas. Se ha cuidado cada detalle: vestuario, diseño de personajes, y la dirección musical y escénica.

También es muy participativo, porque invitamos al público a jugar con nosotros, pero somos muy respetuosos de no obligar a nadie a hacer algo que no tenga ganas.

Canto, teatro, clown...

Mallol fue atrapada desde pequeña por la música debido a la influencia familiar. Después estudió canto, musicoterapia, teatro, didáctica y clown, expresiones artísticas a las que recurre en sus espectáculos.

“Casi todas la melodías son de mi autoría; me acompaña un búho, con características de un niño de entre dos o tres años. Incluso, aparece un teatrino de sombras y un gaitero para abordar la historia de un duende en la canción Secretos”, contó.

Estoy convencida, agregó, de que la música genera una infinidad de cosas y emociones entre las personas, porque se incrusta profundo en el ser humano; además, ofrece la oportunidad de compartir y encontrar resonancia en diversas situaciones.

Mallol, quien imparte talleres en todo el país en los que la música es el eje de creación, también ha capacitado a directoras de la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños de la Secretaría de Educación Pública y participa activamente en foros y festivales nacionales e internacionales.

Siempre he pensado que si llegas con una propuesta bien armada, de manera franca, honesta y con la intención de escuchar al otro se genera un diálogo. Ese contacto es el que me interesa con los niños, el cual puede surgir desde el patio de una escuela, en un espacio rural o con pequeños en realidades duras.

Agüita de limón con chía es una obra familiar, especialmente para niños de cero a seis años de edad. Se presentará el 29 de julio a las 13 horas en el Lunario.