erá que guarda sus mejores cartas bajo la manga en espera de tomar posesión del cargo, pero hasta ahora nada indica que Andrés Manuel López Obrador considere un giro drástico en política económica. De hecho, ha ratificado varios de los lineamientos seguidos a lo largo de los últimos 36 años, aunque la novedad, por decirlo así, es el elemento social como objetivo de tal política.

Todo lo que en su gobierno se haga en materia económica tendrá como meta el desarrollo social, algo que repitieron las seis administraciones previas. Será cuestión de documentar los avances y resultados en ambas materias.

En vía de mientras, AMLO se ha pronunciado a favor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y su renegociación es de alta prioridad para el gobierno que encabezará, de tal suerte que trabajaremos para llevarlo a buen puerto, según Jesús Seade Kuri, designado por López Obrador próximo jefe negociador del TLCAN.

Seade Kuri acompañará al secretario peñanietista de Economía, Ildefonso Guajardo, a la ronda ministerial que sobre el tratado (aún) trilateral comenzará el próximo jueves en Washington. Su participación abre una ventana de oportunidad, de acuerdo con el propio Guajardo.

Va para un año de rondas de negociaciones, acercamientos, intercambios de puntos de vista y conexos, pero hasta ahora nada tangible se ha logrado en el nuevo TLCAN, por mucho que la representación mexicana todo lo vea color de rosa.

Y por lo visto, Seade Kuri comparte el entusiasmo de Guajardo y sus muchachos, porque ayer aseguró que no hay que dar mayor importancia a las declaraciones del salvaje de la Casa Blanca, en el sentido de aterrizar con México un acuerdo comercial bilateral. A él (Trump) le gusta mucho explorar ideas y generar presiones, pero la voz oficial, interpretamos, es la que dio él, seguramente, con instrucciones precisas a sus tres ministros y un asesor de muy alto nivel, cuatro personajes de la mayor influencia y poder de Estados Unidos que trajeron esa amistad y cooperación de marchar adelante.

Lo anterior deja en claro que Jesús Seade Kuri e Ildefonso Guajardo beben en la misma fuente de la felicidad y el optimismo. Siempre sonrientes, siempre contentos, por mucho que en los hechos nada concreto se ha logrado en materia de TLCAN, y los chantajes de Trump son cotidianos. De todas maneras, el actual secretario de Economía considera que la participación del equipo designado por AMLO manda una señal importante de México, pues sin importar el cambio de gobierno en negociaciones comerciales internacionales y en orientación de rumbo, hay una constante donde la visión del Estado mexicano prevalece.

¿En serio? Se supone que son tantas las diferencias entre la visión de Estado de Peña Nieto y la de López Obrador, que por eso 30 millones de mexicanos votaron por el tabasqueño y dedicaron sonora mentada al mexiquense. Pero dice Guajardo que hay una constante. Cuando menos en materia del TLCAN, todo indica que la visión no es muy diferente. Habrá que ver en qué termina el numerito, pero en vía de mientras AMLO pide a Trump acelerar las decisiones, porque el letargo en que encuentra la supuesta negociación del tratado sólo ha congelado inversiones y proyectos, lo que afecta el crecimiento y el desarrollo de las tres naciones involucradas.

Las rebanadas del pastel

La deuda del sector público federal se mantiene en ascenso y, por lo mismo, el costo financiero alcanza niveles verdaderamente peligrosos. Los mexicanos deben hasta lo que no tienen, pero EPN y sus muchachos no dejan de aumentar la carga. Por ejemplo, para dar una idea de qué se trata, de enero a mayo del presente año de las arcas nacionales salieron alrededor de 150 mil millones de pesos sólo para el pago de intereses. Mil millones por día, y a ese ritmo más temprano que tarde esto reventará… Ayer, el billete verde se vendió hasta en 19.35 pesos al menudeo.

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