Buenos Aires

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió en la reunión del Grupo de las 20 mayores economías del mundo (G-20) que la reciente ola de aranceles comerciales perjudicaría significativamente al crecimiento global, un día después de que el presidente estadunidense, Donald Trump, amenazó con imponer gravámenes a la totalidad de las importaciones chinas.

La reunión del G-20 en Buenos Aires se da en el contexto de la guerra comercial surgida a partir de la aplicación de aranceles al acero y aluminio de Estados Unidos a varios países socios, incluido México, los cuales han respondido con gravámenes a mercancías estadunidenses.

La directora del FMI, Christine Lagarde, presentó a los ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del G-20, reunidos este fin de semana en Buenos Aires, un informe que detalla los impactos que las restricciones ya anunciadas tendrán sobre el comercio mundial.

En el peor escenario, las medidas (comerciales) actuales pueden tener un impacto de 0.5 puntos (de caída) del PBI global en 2020, señaló Lagarde.

Aunque el FMI prevé que el crecimiento global podría alcanzar 3.9 por ciento en 2018 y 2019, señala que los riesgos de una desaceleración se han incrementado, debido a las crecientes tensiones comerciales.

Lagarde advirtió en un artículo publicado esta semana que la expansión económica se desacelera en la zona euro, Japón y Reino Unido y en los mercados emergentes, el crecimiento es hoy más improbable de lo que era en abril.

La presentación de Lagarde llegó poco después de que el secretario del Tesoro estadunidense, Steven Mnuchin, dijo que aún no ha habido un efecto macro en la economía estadunidense.

Las tensiones se han incrementado y desatado el enfrentamiento entre Estados Unidos y China –las mayores economías del mundo– que sostienen un cruce de amenazas acerca de mayores represalias comerciales, que involucran también a la Unión Europea.

Estados Unidos manifestó que mantendrá su postura de incremento de aranceles que comenzó con 25 por ciento adicional al acero y el aluminio provenientes de China, como estrategia para presionar por una relación comercial más equilibrada con sus socios. Deseamos tener una relación (comercial) más equilibrada con China y la relación equilibrada es que podamos vender más bienes al gigante asiático, afirmó Steven Mnuchin, secretario del Tesoro estadunidense.

Mnuchin intentó cortejar a Europa y Japón el sábado con ofertas de acuerdos de libre comercio para ganar terreno en una creciente guerra arancelaria con China, pero se encontró con la dura resistencia de Francia.

El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, afirmó que la Unión Europea no considerará negociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos hasta que Washington no retire sus aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Nos negamos a negociar con un arma apuntando a nuestra cabeza, dijo Le Maire a periodistas en los márgenes de la reunión del G-20.

Le Marie señaló que en el G-20 son conscientes de que la guerra comercial es una realidad y un riesgo para el crecimiento global. Por ello, pidió a Estados Unidos retornar a la razón, respetar las reglas globales y a sus aliados, al tiempo que advirtió que si Washington impone aranceles a las importaciones de vehículos, como ha amenazado Trump, la Unión Europea responderá con represalias nuevamente.

Además de la disputa arancelaria, Donald Trump agitó el conflicto comercial, al acusar el viernes a la Unión Europea y a China de manipular sus divisas. Este sábado Mnuchin dijo que Trump no está tratando de influenciar los mercados cambiarios y que un dólar fuerte refleja una economía estadunidense fuerte y es algo deseable para el país.

El jefe del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, llamó a que los líderes de las principales economías del mundo abandonen la guerra de aranceles y señaló que la estabilidad cambiaria sería beneficiosa para los intereses de todos.

Se espera que los responsables de las políticas económicas del G20 –integrado por naciones ricas y otras en desarrollo como México, Brasil, Argentina, e India, entre otros– aborden mecanismos para capear los potenciales impactos en la economía mundial de la escalada de tensiones comerciales, así como reforzar la protección del multilateralismo que encarna una paralizada Organización Mundial de Comercio (OMC). La situación llevó a Pekín y Bruselas a anunciar la creación de un grupo de trabajo para estudiar una reforma de la OMC.