n el plan de gobierno para el próximo sexenio, se contemplan cambios importantes para el Poder Judicial Federal. Se habla de nuevas formas de selección para Ministros, de modificar los concursos para Jueces y Magistrados. Se plantea la valoración del propio Consejo de la Judicatura. Pero no se habla del personal.
La modificación de los órganos judiciales debe contemplar una revisión de las condiciones laborales de secretarios, actuarios y demás integrantes. Suponer que los Jueces y Magistrados resuelven unipersonalmente es desconocer el funcionamiento de estas oficinas burocráticas. Para que un expediente llegue al punto de resolución, pasa por muchas manos, desde el oficial administrativo que recibe el expediente y las promociones, el secretario que propone el acuerdo y el notificador. Hay juzgados con más de 40 empleados y juzgados auxiliares con más de 100 empleados. El juez corre el riesgo de que cualquiera de esos oficinistas pierda o modifique sin autorización actuaciones del expediente; incluso, que se publiquen resoluciones no aprobadas. Ello por citar errores cotidianos sin mala fe
. No es raro el enfrentamiento del personal con su titular. Entre los muchos asesinatos de titulares judiciales, alguno se atribuye a su oposición a continuar con la franca corrupción de parte de su personal.
Durante décadas, en los juzgados se trabajó con nombramientos indefinidos: los empleados debían esforzarse para seguir en la función. ¿Qué titular cambiaría a un secretario conocedor, eficaz y confiable? Con la basificación de todos los trabajadores, se ata de manos a Jueces y Magistrados, quienes, a veces, deben laborar en contra y a pesar del personal. No es raro el secretario, el oficial o el intendente que estima normal equivocarse, que cree que su oficina es una extensión de su casa (dispone de material, tiene a los hijos ahí, deja el trabajo para ver los partidos de futbol, etc.) y más. No se puede generalizar, pero los conflictos laborales en órganos judiciales están ahí. Se pretende reformar los concursos de oposición para ser juez. Si debe cuidarse de su personal, podría ser el juez más preparado y no lograr su función. Los lentos mecanismos para destituir a trabajadores judiciales, cuando se logra, poco ayudan a los titulares que deben trabajar con personal hostil, a veces delictivo.
La ley burocrática debe ser revisada, especialmente en su rubro judicial.