Democracia es la palabra que resuena en estos días en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la vislumbran como palanca para levantarse de la peor caída electoral de su historia, el pasado primero de julio. La forma que elijan para aplicarla será llevada a discusión y votación en una asamblea nacional deliberativa, adelantó el senador Manuel Cavazos Lerma, ex gobernador de Tamaulipas y actual secretario general adjunto de este partido.

“Nos alejamos de la democracia porque pusimos gerentes. No somos una tlapalería ni una oficina burocrática donde el secretario le ordena al subsecretario, y si no obedece lo corre… Somos un partido político”, advirtió.

–¿Están desanimados?

–Los que somos priistas sabemos de adversidad. Feas hemos tenido muchas, la ventaja es que nos reponemos rápido.

Después de la derrota que lo coloca como tercera fuerza política, sin la Presidencia de la República y con escasas victorias, el tricolor inició un proceso de tres vías de acción casi simultáneas: defender en tribunales los votos obtenidos (principalmente a nivel local); echar a andar una comisión nacional de reflexión –que se replicará en los 32 estados y, a su vez, en municipios y secciones electorales– y elegir líder nacional.

La vorágine reciente para este partido ha sido de tal magnitud que en cuatro años han tenido tres presidentes: Manlio Fabio Beltrones, electo para el periodo 2015-2019 –y quien renunció en 2016–; Enrique Ochoa Reza, quien dejó ese cargo en mayo pasado, a mitad de la campaña electoral, y René Juárez Cisneros, a cargo desde el 4 de mayo a la fecha, como dirigente provisional, pero que no está impedido de alzar la mano para seguir al frente del PRI.

La próxima persona designada tendrá la calidad de presidente sustituto y deberá llamar a elección para el cuatrienio 2019-2022.

Y en este periodo de reflexión, el senador Cavazos pondera la importancia de tener dirigencias fuertes, respaldadas por la sociedad, es decir, necesitamos democratizar al partido, subrayó.

En principio, apunta que la comisión de reflexión tendrá un órgano colegiado en el que participarán sectores y organizaciones, con la conducción de un secretario técnico que tendrá la tarea de recopilar las propuestas de restructuración y presentarlas de manera muy sintetizada, en unas cuantas cuartillas.

Esa recopilación de reflexiones serán llevadas a una asamblea nacional deliberativa, y será ahí, apunta Cavazos, donde se discuta lo que hicieron en el cónclave anterior, el de agosto de 2017 (cuando retiraron candados y le abrieron la puerta a José Antonio Meade, para postular por primera vez a un candidato presidencial no afiliado al tricolor).

“Hay algunos que dicen “es bueno que nos abramos a los externos’, otros advierten que no ‘porque consideran que es una ofensa a la militancia’. Entonces, eso implica que haya un acuerdo desde una seccional, en un municipio.

–¿Qué recomendaría a su partido?, en el que milita desde hace 60 años.

–El acceso al poder significa fortaleza, dirigencias fuertes, democráticas. ¿Y cuándo es fuerte una dirigencia?, cuando la gente la elige.

–¿Qué les inquieta después del 1 de julio?

–La pregunta que más se han hecho aquí es: ¿en qué momento perdimos el camino? Buena parte de la discusión es esa, ¿por qué éramos hegemónicos?, porque partimos de una revolución triunfante que organizó a los que ganaron... y así se quedó en el inconsciente colectivo, la idea de el PRI no pierde ni una, pero la realidad es que no empezamos perdiendo presidencias (en el año 2000), sino municipios; el primero que perdimos fue Mérida, en 1968, ante (Víctor Manuel) Correa Rachó, del PAN.

–Hay quien dice que para que el PRI se levante tendrían que cerrarlo y volver a abrirlo...

–Otros dicen que hay que cambiar el nombre y hasta el modito de andar. Eso es no conocer al partido. Se requiere un cambio dialéctico, es decir, cambiemos los métodos y los procedimientos, y no cambiemos los valores: democracia y justicia social.