¿Por qué el Tri no se parece a Croacia?
or qué el Tri no puede parecerse un poco, ya no digamos a Francia, sino a Croacia...? Cuando Colombia se fue eliminada por Inglaterra, el técnico Óscar Tavárez mencionó la diferencia en los temas económicos y de infraestructura que trazan una brecha entre Latinoamérica y Europa. Su discurso tenía mucha lógica, sin embargo, Holanda e Italia no llegaron a la cita, y Alemania se fue rápido arrastrando la etiqueta de favorita.
Otras voces dijeron que la legión africana de Francia, Inglaterra y Bélgica fue crucial para su destacado papel en Rusia 2018. Además, un quejoso Juan Carlos Osorio, ante la goleada recibida por los suecos, destacó la estatura de los rivales y su importante juego aéreo. Desde antes, el Míster había rechazado llevar a José Juan Gallito Vázquez por su baja talla.
Entonces irrumpió la talentosa Croacia con su irreverencia e inquebrantable determinación, y echó por tierra esas teorías, las redujo casi a pretextos. El equipo croata no tiene gigantes (Luka Modric mide 1.72); es un país joven que en su primera irrupción, en Francia 1998, quedó en tercer lugar, y le bastaron 20 años para llegar a una final. Perdió, pero su juego y entrega ganaron millones de adeptos.
El tema es multifactorial. Se requiere, principalmente, un proyecto serio y congruente, como el que los bleus, Bélgica e Inglaterra demuestran tener, como el que nunca ha implementado la Federación Mexicana de Futbol, porque tiene la mira fija en las ganancias. Lo básico es integrar un grupo de buenos jugadores con el alma puesta en una meta, con esa motivación máxima que quema las entrañas como el hambre misma.
Osorio no debe seguir al frente del Tri, porque perdió autoridad en el momento crucial y fue despojado del báculo por un grupo de jugadores frívolos, que lo ablandaron con zalamerías etiquetándolo de genio
. A su vez, el colombiano se encargó de poner en un altar a esos que están inscritos (aunque casi no juegan) en clubes europeos de media tabla, de hacerlos creer que eran superiores.
Gracias al trato preferencial se sintieron semidioses y ya no extrañó escucharlos decir que entrenar en Europa implica triple esfuerzo
, como si el día allá tuviera 72 horas, y que salimos de la zona de confort
, cuando en realidad, ante la exagerada invasión de foráneos que han decidido los federativos, el talento local transita por el infierno en busca de una oportunidad en la Liga Mx.
Entre más de 120 millones de mexicanos abundan los chicos prodigio, gente con anhelo de triunfo. Pero los dueños y directivas de equipos –desde los poderosos, como Tigres y Xolos, hasta los modestos, como el Veracruz– hacen negocio con el tráfico de piernas y les da mucha pereza emprender un recorrido serio por el país en busca de jóvenes promesas, a los que todavía hay que pulir.
Nuestros europeos están mareados. En las redes sociales circulan las fotos de hace algunos ayeres de la boda de Guillermo Ochoa (junto con Hirving Chucky Lozano, el único de actuación decorosa en Rusia), todos en Ibiza, orgullosos de sus parejas –derrapan por las modelos–, sintiéndose en los cuernos de la Luna. La farándula deportiva a sólo dos pasos de Cristiano Ronaldo.
Desde luego, eso no excluye que de vez en vez anhelen disfrutar de una fiesta con escorts, y con la complicidad del técnico. Todos muy empáticos en ese tema, después del desliz que tuvo el propio colombiano y que –al descubrirse– lo orilló, en la recta final de la preparación hacia el Mundial, a radicarse en Bogotá y alejarse de sus deberes. En la reciente liguilla brilló por su ausencia.
El colmo de la fatuidad. Javier Chicharito Hernández, Miguel Layún, Jesús Tecatito Corona y Carlos Salcedo se tiñeron las cabelleras inspirados en Gokú, personaje de caricatura cuya melena se torna rubia cuando adquiere el máximo poder. Ridículo e infantil imaginar que así pensaban ganarle a Brasil. Hilarante deducir que esas eran las cosas fregonas que imaginaba Chicharito.
Estamos a años luz de la campeona Francia y su trabajo concienzudo en el centro deportivo de Clairefontaine. Nos quedamos enamorados de Bélgica y Croacia, pero llegó el despertar: el torneo Apertura 2018.