Los perredistas en la Cámara de Diputados siguen enfrascados en sacar provecho a los despojos de ese partido, luego de su desastrosa alianza con PAN y Movimiento Ciudadano, al tiempo que en el seno del sol azteca se anunció que habrá medidas disciplinarias contra aquellos que tomaron decisiones contrarias a este instituto político o apoyaron a otro para alcanzar objetivos propios.

En plena extinción, la disputa entre los grupos de ADN y Nueva Izquierda (conocida como los Chuchos) se concentra en el manejo de los últimos recursos económicos que habrán de manejar en los próximos dos meses.

Omar Ortega, quien anunció la noche del lunes que él se convertía en el nuevo coordinador de lo que queda del sol azteca en San Lázaro, desconoció la intervención de Manuel Granados, presidente del alicaído partido, quien pretendía conceder esa posición a los Chuchos, cargando así contra el abuso de poder de Nueva Izquierda y sus cancerberos, Jesús Ortega y Jesús Zambrano.

El intento de respaldar a Jesús Zambrano por parte de la dirigencia del PRD demuestra que los dados están cargados y que el partido se niega a reconocer que está en extinción por seguir protegiendo a los Chuchos, que son los culpables de que el partido esté así en estos momentos, dijo Ortega.

Mientras tanto, el PRD anunció que tomará medidas disciplinarias contra aquellos militantes que apoyaron otras opciones políticas para alcanzar objetivos propios.

Les pediremos una definición, dijo Manuel Granados, al dar a conocer un pronunciamiento en el que el perredismo se asume como oposición responsable frente al próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

En la coincidencia, habrá un respaldo por el bien de la ciudadanía, y en la diferencia, habrá crítica propositiva para lograr el mejor beneficio para el país, señala el documento que fue consensando entre las diversas corrientes del partido del sol azteca.