López Obrador logró reunir a gente de la A a la Z
La cuestión es saber en que sí estamos de acuerdo
Considera que la polarización es el problema más acuciante del país, pero no se puede hablar de reconciliación si sólo se dialoga con una esquina.El reto es incluir al norte, al sur, al este y al oeste, así como a los jóvenes y las universidades, sin importar si son públicas o privadas, para lo cual se deben generar mecanismos distintos de trabajo
Viernes 13 de julio de 2018, p. 5
Entre los ingredientes que la sinaloense Tatiana Clouthier Carrillo ha aportado al proyecto de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, destaca no sólo el carisma con el que se comunica con las audiencias, sino la manera aparentemente sencilla con la que habla acerca de un problema acuciante del país: la polarización. En entrevista con La Jornada regresa a éste, que parece ser su tema:
No se puede hablar de reconciliación si sólo hablamos con una esquina del país. Si vamos a hablar de pacificación tenemos que incluir al norte, al sur, al este y al oeste. Todavía no hemos dimensionado lo que Andrés Manuel López Obrador logró hacer: meter en esta coalición a gente de la A a la Z. Y nos hizo caminar a todos hacia un punto de encuentro. Hoy la cuestión no es en qué no estamos de acuerdo, sino en qué cosas sí lo estamos.
–Hay impaciencia.
–Lo sé. A mí todo el tiempo me habla gente a la que tengo que decirle: Apacígüense
. Mi recomendación es que le pongan ojo al cierre del sexenio. Este señor, Enrique Peña Nieto, todavía puede llevarse al país en una bolsa antes de salir de Los Pinos.
Entre tazas de café y croissants concreta una cita tras otra desde primera hora en una de las terrazas que rodean el parque México. Pero elude hablar del perfil que tendrá la Secretaría de Gobernación en el nuevo gobierno. Incluso niega lo que el propio López Obrador anunció el viernes 6 de julio, acerca de su asignación en la subsecretaría de Derechos Humanos. Nada está definido todavía
.
–De todos modos, su opinión acerca del tema. En un país de víctimas, como lo es hoy México, ¿cómo se trabajará con ellas?
–Es una área donde hay mucho desconocimiento. Andrés lo que ha dicho es: traigan a los expertos
. Y eso vamos a hacer: vamos a traer a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expertos nacionales y extranjeros, organismos como los que han trabajado en el perdón y la reconciliación en Colombia. Pero no me pidas nombres, porque no los sé.
–Deben tener una idea de cómo abordar el tema de las víctimas y la pacificación después de sexenios de estrategias fallidas.
–Tenemos víctimas de diferentes vertientes: a las que les mataron o les desaparecieron un familiar; niños huérfanos que necesitan atención de otra índole; periodistas desplazados que ponen en cuestión la libertad de expresión.
“Y por otro lado, tenemos el tema de la división de los grupos de víctimas, que unos no se consideran representados por los otros. La reconciliación empieza por ahí, limar susceptibilidades, superar el tema de autoexclusión.
Por otra parte, las instancias oficiales. Por ejemplo, en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas hay gente que me ha dicho que ahí les pararon todo, detuvieron programas que ya estaban atendiendo a la gente. También ahí hay que ver que eso siga, porque no es posible que el trabajo se detenga durante seis meses.
–Ayotzinapa…
–Me preguntas de cosas que no me corresponden.
–Pero todos tenemos un sentir sobre esto. Es el legado de Peña Nieto. Y lo que haga el nuevo gobierno será su gran prueba de fuego.
–Así es. Acerca de Ayotzinapa, Andrés ha sido muy puntual: se va a llegar a donde se tenga que llegar. Esa es una instrucción. Hay mucho trabajo hecho, ha pasado mucho tiempo y las dos cosas juegan en favor y en contra.
“¿Qué puede pasar? Pongo el caso de la guardería ABC. Hace poco me reuní con ellos (los padres de los menores fallecidos) en Sonora. La confianza está tan perdida entre unos y otros que lo que puede pasar es que unos te digan: ‘es que eso no fue así’. Cada quien maneja su dolor de manera diferente y por eso la interpretación del resultado puede que no a todos satisfaga.”
–La pregunta es si se va a acabar con la impunidad, tanto en el caso de Ayotzinapa como en el de la ABC y tantos otros, emblemáticos.
–Por eso digo: que no haya ilusos para que no haya desilusionados. Si la impunidad se da en instancias locales no te vas a ir a meter donde no te corresponde.
–Un país con más de 30 mil desaparecidos, decenas de miles de asesinatos violentos y un mundo de gente buscando a sus seres queridos, justicia, verdad. Esa sí es materia de la Secretaría de Gobernación. ¿Cómo puede caminar un país con esta realidad a sus espaldas?
–Lo triste es que camina. Lo incomprensible es que todavía haya gente que prefiera el camino de las balas. Yo me fui corriendo de Sinaloa cuando íbamos en el número 48 de muertos. Tenía 18 años (hoy, la hija de Manuel Maquío Clouhtier tiene 54), y los muertos no paran.
¿Cómo podemos entender que no podemos seguir matándonos para entrar a una solución de combate a las drogas? Esto pasa por muchas cosas. Por la amnistía, por la propuesta sobre la mariguana, que ha hecho Olga Sánchez Cordero. Y la pacificación pasa por dejar de simular.
Entre la A y la Z, entre los polos que López Obrador reunió en torno a su candidatura ,Tatiana Clouthier hace tiempo que no está en uno de los extremos. Yo dejé el Partido Acción Nacional en 2005. Fue bien fácil. El PAN ya estaba al servicio del gobierno desde 2005. El Partido Revolucionario Institucional casi casi nos decía cómo votar. Yo tenía hijos chiquitos, era mamá, diputada y panista. Tres cosas. Dividí mi tiempo en dos: familia y diputación. Adiós PAN
.
–Justo en el sexenio cuando muchos creyeron que iba a darse la alternancia.
–No nos hagamos. (Vicente) Fox ganó en 2000 y en 2002 ese barco ya estaba más que hundido, el PAN ya había valido madre, estaba el tema Martita, Vicente no era contundente… en fin, muchas cosas.
La invitación de Andrés Manuel López Obrador a unirse a su campaña la arrancó a principios de este año del mundo de la academia en Nuevo León. Tatiana Clouthier era directora de una de las preparatorias de la Universidad Metropolitana de Monterrey (propiedad de otro de los hombres clave del entorno lopezobradorista, Alfonso Romo) y eventualmente daba clases de cultura de la legalidad, estructuras socioeconómicas de México e inglés.
–¿Cuál será el papel de las instituciones privadas, incluyendo a las educativas, en la definición del nuevo gobierno?
–No me gusta poner etiquetas. Si queremos caminar a la pacificación tenemos que incluir a los jóvenes. Y los jóvenes están en las universidades, sean públicas o privadas. La academia –pública o privada– ha hecho todo tipo de aportaciones: de desarrollo científico, para impulsar empresas, para mil cosas. No podemos desaprovechar nada de esto y se va a unir donde se tenga que unir.
En esta apertura que pretende abrir a todos el acceso a la educación vamos a tener que generar mecanismos distintos, a trabajar con los públicos y los privados para que haya cupo para todos.
–¿Cómo imagina a México dentro de seis años?
–Veo a un México más equitativo. Oportunidades para todos. No digo justicia, porque todos vemos ese objetivo de distintas maneras y creas expectativas. En cambio, la equidad es una meta que entienden todos.