Los guerreros croatas
quipo aguerrido y tozudo, inasequible al desaliento, Croacia reventó los pronósticos que situaban a Inglaterra en la final del domingo ante Francia. Los croatas, además de jugar muy bien, tienen una fortaleza mental que ya quisiéramos para los futbolistas mexicanos. Dan la impresión de jugarse la vida en cada balón que disputan.
Todo era favorable para los ingleses, imponente en su poderío aéreo y con una técnica que hace no muchos años brillaba por su ausencia. La llegada de jugadores extranjeros muy técnicos a su liga los ha mejorado sensiblemente.
Asistiremos a una final muy intensa, de buen juego, con dos equipos muy armónicos y mentalizados. Los franceses ya conocen las mieles de ser campeones y esto, sobre el papel puede darles un extra porque ya pasaron por ahí.
Pero el futbol atrapa a tantos millones de personas porque la sorpresa brinca en el momento menos pensado, como ayer en Moscú. Y los croatas llegaron al juego infinitamente más reventados físicamente que los súbditos de Isabel II.
Ganaron el corazón y una voluntad de ganar alimentada por los miles de croatas presentes en el estadio. Ellos fueron también la gasolina que recargó el cansado motor de su selección. Su actitud fue ejemplar.
CRISTIANO
Ni cortos ni perezosos, los trabajadores de una de las fábricas de la potente Fiat turinesa, cuyos dueños –la familia Agnelli– también son dueños de la Juventus, harán huelga durante tres días por la plata que el conglomerado se gastó en el fichaje del portugués Cristiano Ronaldo.
No critican a Ronaldo, es más, les parece fenomenal que haya fichado por el equipo turinés, pero están más que enojados porque sienten que a ellos los tienen castigados con sus salarios. Estamos hablando de Italia, un país más que acostumbrado a vivir en permanentes crisis gubernamentales y cuya economía nunca lo resiente. Por eso siguen siendo la séptima potencia, por eso y porque es un pueblo muy divertido que no sabe vivir al margen de los problemas.
Por supuesto, llegarán a un arreglo. Son especialistas.