Marca la diferencia
Domingo 8 de julio de 2018, p. 4
San Petersburgo
Cuando Lionel Messi y Cristiano Ronaldo quedaron fuera del Mundial hace una semana, el escenario estaba listo para que el brasileño Neymar se convirtiera en la verdadera estrella del torneo. Y tampoco fue. Ahora la apuesta más fuerte por esa corona es el belga Eden Hazard.
Neymar vio cómo el Mundial se le acababa de forma prematura el viernes en Kazán, cuando un Brasil lleno de talento pero demasiado dependiente de su inconsistente aporte individual cayó 2-1 ante una brillante selección de Bélgica inspirada por el talentoso Hazard.
El choque de semifinales contra Francia le dará al francés Kylian Mbappé, de 19 años, la oportunidad de volver al foco del torneo y la final podría dejar a alguien más en el centro de la escena, pero en esta etapa fue Hazard quien marcó la diferencia. En el cara a cara con Neymar del viernes, la disparidad entre sus contribuciones fue evidente.
Muchos podrán atribuir la salida de Brasil a la manera en que sus ataques fueron canalizados constantemente hacia Neymar, con la esperanza de que el delantero mostrara la habilidad individual que rara vez exhibió en Rusia.
El vórtice de Neymar terminó debilitando el esfuerzo colectivo de Brasil, en tanto Hazard tuvo el efecto opuesto en Bélgica. El extremo del Chelsea mostró su juego en numerosas ocasiones contra Brasil y las estadísticas mostraron que sus 10 gambetas en el partido terminaron con su equipo todavía en posesión del balón. Pero su contribución fue mucho más allá de sus momentos de habilidad.
Hazard marcó el ritmo del juego, presionando el acelerador para los contrataques que desgarraron la defensa de Brasil aunque también, especialmente en la segunda mitad, ralentizó el juego para mantener la posesión. Ese aspecto de la gestión del juego, de entender el momento adecuado para avanzar como el segundo oportuno para calmar las cosas, es lo que hace que Hazard sea más que un delantero astuto o de apoyo. Es parte de una unidad de ataque de la que Francia deberá cuidarse.
El segundo gol de Bélgica demostró que, si bien el equipo se beneficia enormemente de Hazard, está lejos de depender de él.
La reacción a esta victoria estuvo marcada por la euforia. Los medios belgas cubrieron de elogios a su selección tras la victoria sobre Brasil en los cuartos de final del Mundial de Rusia y colocaron a los dirigidos por Roberto Martínez ya al mismo nivel de la generación que alcanzó las semifinales en México 1986. Ha sido el partido de sus vidas. El partido de una generación
, destacó el diario La Derniere Heure tras el triunfo que permite a Bélgica igualar su mejor actuación histórica en una Copa del Mundo.