Caminos recorridos: cuatro proyectos, exposición de 107 imágenes de Eniac Martínez (1959), en el Museo Archivo de la Fotografía, no es una retrospectiva de su trabajo, aunque reúne 30 años de su quehacer. El cuarteto de ensayos fotográficos: Camino real de tierra adentro, Litorales, Ríos y Basura se entrelazan y comparten un eje: el viaje y el camino.

Basura es su proyecto más reciente, lo realiza desde hace año y medio y calcula necesitar otro tanto para terminarlo; éste lo ha llevado por todo el país. Se desarrolla en tres ejes. El primero tiene que ver con las preguntas: ¿por qué se produce basura en la manera que se hace? ¿Por qué existen los Oxxos, el unicel? Es una cadena, una bolita de nieve. Si produces esto, ¿adónde va a dar una bolsita de papitas?; por eso digo que la basura es un camino, expresa en recorrido con la prensa.

Los otros dos ejes de trabajo son los rellenos sanitarios, un submundo en sí, y los procesos de reciclaje. Es decir, cómo este plástico, que supuestamente es un veneno, puede transformarse en algo que sea positivo para la sociedad. Martínez reconoce que cada vez me meto en trabajos más difíciles. Por ejemplo, en Tijuana tuve acceso al decir que era un cura que iba a dar la misa. Qué bueno que no me preguntaron los salmos.

El expositor suele fotografiar inmerso en desperdicios hasta las rodillas, rodeado de perros y aves. Para acabarla de fregar, los tractores pasan y no se detienen, entonces atropellan a las personas. Casi me pasó a mí, detalla.

Ríos, proyecto consistente en 110 imágenes expuestas en su conjunto en el Centro de la Imagen en 2016 y que integraron un libro, lo llevó directamente a Basura, ya que la mayoría de los cauces de agua en México están contaminados por equis o zeta razón. El ensayo giró en torno a la vida del río, la vida del hombre en el río, la muerte del río y la muerte que causa. La dicotomía entre vida y muerte también está presente en Basura.

Cada formato, un lenguaje diferente

Para Ríos, Martínez utilizó tres formatos diferentes: fotografía digital, cámara 6x6 análoga con negativo y cámara Hasselblad panorámica 5x5, también en negativo. Relata haber echado el rollo al río para que se sancochara unas dos horas y agarrara los químicos allí presentes. Así logró un prerevelado.

Ganador de la Medalla al Mérito Fotográfico 2017, que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia, Martínez anota que cada formato es como un lenguaje diferente: No hay una sola cámara para todos los proyectos, ni una sola lente. Depende de lo que queremos hacer, adónde queremos ir, para ver qué tipo de herramientas necesito para traducir un lenguaje determinado. Litorales lo empezó con una cámara de plástico, junto con su colega Francisco Mata. La idea era dibujar el mapa del país por medio de sus litorales.

La rapidez del medio no es el fin, señala Martínez. El fin es desarrollar un proyecto determinado con el artefacto que tengas en las manos. Tampoco edita: El fotógrafo tiene la responsabilidad de trabajar de principio a fin la imagen en el ojo. Allí es donde debe estar la velocidad, no en las cámaras digitales. La velocidad en cuanto a cómo decido componer.

En Camino real de tierra adentro el fotógrafo explora la ruta comercial y de transporte más antigua del territorio nacional, y la más extensa de Norteamérica con 3 mil kilómetros de longitud que comienza en Ciudad de México y termina en Santa Fe, Nuevo México.

El Museo Archivo de la Fotografía se ubica en República de Guatemala 34, Centro Histórico. La exposición permanecerá hasta el 16 de septiembre.