¡Aleluya! Carta de agradecimiento a AMLO. Llamado al apoyo crítico
racias, Andrés Manuel, por toda tu terquedad; por mantenerte, contra viento y marea, apegado a tu misión; por tu persistencia misionaria que ha hecho posible el gran sismo electoral del domingo. Ya antes habías ganado la Presidencia, pero no te lo habían reconocido. Ahora con tan aplastante victoria, no tuvieron de otra. No les alcanzó el fraude ni la compra de votos. Por ello hay júbilo en muchos, muchísimos corazones de mexicanos, entre ellos el mío. Para valorar bien la hazaña hay que dimensionarla correctamente: con todas las actas contadas (y no sólo 80 por ciento que contó el Programa de Resultados Electorales Preliminares) serán aproximadamente 30 millones de votos por tu candidatura, cifra que duplica la que te reconocieron en 2006 (14.7 millones) y la que le atribuyeron a Felipe Calderón (14.9 millones), que supera en 11.8 millones la atribuida a Peña Nieto en 2012 (19.2 millones), y que casi empata la suma de los sufragios que obtuviste en 2006 y 2012 (30.7 millones). Así, tu suma de votos para presidente llega a ¡60.6 millones!
Es importante entender quiénes y por qué votamos por ti. Una tarea urgente (para el equipo de transición) es llevar a cabo (y hacerla pública) una encuesta nacional amplia para conocer tanto el perfil, como las razones, de quienes votaron por ti como de quienes no lo hicieron. Como se aprecia en la gráfica, tu triunfo más arrollador no siempre fue en los estados con mayores niveles de pobreza extrema (de la que mido con mi método, el MMIP, pues la que tan mal mide el Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social no se puede usar). Es probable que lo que haya provocado el enorme alud de votos haya sido mucho más tu discurso antisistémico que el entusiasmo suscitado por tus planteamientos; que haya sido más un voto de rechazo al PRIAN y a sus partidos peleles, que una bienvenida entusiasta a Morena. No te dimos un cheque en blanco, ni siquiera uno firmado porque, en concreto, no nos has dicho (ni siquiera en Proyecto 18) qué vas hacer en muchos campos críticos, como argumentaré en próximas cartas.
La tarea de transformación comenzará el primero de diciembre. Al final de tu sexenio queremos gritar un aleluya más fuerte y más grande que exprese nuestra satisfacción por haber transformado este país, como dices, radicalmente. Para ello hay que entender México a fondo, lo cual para quienes creemos que la vía más sólida al conocimiento (casi la única para realidades que rebasan la escala humana, como es el caso de una nación con 125 millones de habitantes) es la investigación rigurosa basada en las ciencias sociales. Hay otras vías valiosas y válidas al conocimiento. Una de ellas es recorrer el país y hablar con la gente, como lo has hecho incansablemente en los pasados tres lustros. Pero los conocimientos de diversas vías tienen que complementarse, y confrontarse, cuando llegan a resultados distintos. En varias ocasiones has hecho afirmaciones como la corrupción es la causa principal de la pobreza en México
, sólo superando la pobreza se elimina la violencia
, y no se necesitan más impuestos para financiar las necesidades de gasto público
, que no están sustentadas en el conocimiento por la vía científica ni se han confrontado con afirmaciones opuestas derivadas de dicha vía. El político sólo puede hacer bien su trabajo si dialoga con el científico.
Estamos muchos descontentos (y algunos ya lo han manifestado) con algunas cosas que hiciste durante la campaña: aliarte con un partido de derecha e incorporar a tu equipo a militantes de la derecha mexicana (les diste espacio en candidaturas o gabinete, desplazando a militantes de izquierda que te han apoyado durante mucho tiempo). Ya sabías que los Zeferinos y los Núñez son pésimas decisiones y avergüenzan a la izquierda; pero vuelves con los Blanco y muchos otros, que nos volverán a avergonzar. Te moviste hacia la derecha, y la izquierda (dentro y fuera de Morena) debe seguir a tu lado, pero con un apoyo crítico. Cada acto de gobierno será vigilado, evaluado y, en su caso, aplaudido o denunciado. Mantendremos la presión para que no te sigas moviendo a la derecha. Los que desde las ciencias sociales estudiamos los problemas nacionales y proponemos soluciones, te invitamos (con tu equipo) a dialogar con nosotros. Para bien de México, podremos aprender todos.