De siete naciones evaluadas en América Latina, México presenta la mayor inequidad social. Entre 2010 y 2015, en el país, al mismo tiempo que hubo crecimiento económico, la desigualdad también se elevó; creció el número de jóvenes que no estudia ni trabaja, al pasar de 24.9 a 33.6 por ciento y además la mortalidad infantil aumentó en 520 municipios.

Señala lo anterior el Informe Latinoamericano 2017 de Rimisp Pobreza y desigualdad desde la óptica de Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), que evaluó a Chile Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Guatemala y México, este último presenta mayor inequidad territorial, seguido por Guatemala.

El reporte destaca que aunque América Latina ha realizado considerables avances económicos y sociales en las décadas recientes, no han alcanzado a todos los territorios por igual. Persisten grandes brechas dentro de las naciones de la región en prácticamente todos los aspectos centrales del desarrollo humano y social.

En un análisis de la desigualdad desde la mirada de los ODS de las Naciones Unidas, indica que tanto la pobreza como el acceso a servicios o la actividad económica se distribuyen desigualmente entre los territorios. Esto indica que hay una persistente desigualdad territorial, una de cuyas expresiones más claras es la peor situación en que se hallan los pobres rurales, respecto de sus pares en zonas urbanas.

Refiere que los territorios rezagados tienden a tener características comunes: son más pequeños en términos de población y más rurales, tienen una mayor proporción de población perteneciente a pueblos originarios o afrodescendientes y, en menor medida, tienen mayor proporción de población menor de 15 años.

El análisis se realiza a partir de 27 indicadores que dan cuenta de 20 metas vinculadas a nueve de los 17 ODS. Apunta que México es ilustrativo del fenómeno latinoamericano de aumento de la desigualdad aparejado de crecimiento económico. Entre 2010 y 2015 la disparidad en los municipios mexicanos creció y en 60 por ciento tuvieron reducciones en el porcentaje de hogares en pobreza e indigencia, aunque en otros hubo aumentos sensibles.

Ejemplifica que, pese a la tendencia general hacia la reducción de la mortalidad infantil en Latinoamérica, en México ocurrió que no obstante que en la mayoría de los municipios se redujeron las tasas, en 520 municipios aumentaron. Estos últimos se encuentran distribuidos a lo largo del país. Algunos de ellos son Churintzio, Michoacán; Chilcuautla, Hidalgo y Tlalmanalco, estado de México. Todos con aumentos sobre 80 niños muertos por cada mil nacidos.

También está el reto de aumentar la oferta de personal de salud de alta especialización en los territorios, ya que sólo 57 por ciento de los municipios tuvo una mejora del número de médicos por habitante entre 2009 y 2015.

Refiere que las brechas territoriales continúan siendo enormes: por una parte, la delegación Benito Juárez, de Ciudad de México, tiene un analfabetismo menor a uno por ciento y, por otra, en Cochoapa el Grande, en el estado de Guerrero, 56 por ciento de la población mayor de 14 años se encuentra en dicha condición.