La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Nashieli Ramírez, alertó que la delincuencia está ganando territorialmente la batalla; sin embargo, precisó que no es que tengamos una ciudad sin ley y orden, sino que hay puntos de alto riesgo donde se debe actuar.

Hoy, expuso la ombudsman, se cuenta con un sistema policiaco que no capacita, no profesionaliza a sus elementos, lo cual se ha solicitdo a las autoridades desde hace más de 10 años en las recomendaciones emitidas por el organismo relacionadas con la seguridad pública.

La capacitación es un elemento para recomponer políticas públicas, pero hay muchísimas otras cosas más que tendrá que poner en juego, pues la solución no está en militarizar las calles de la ciudad o cambiar un arma por una licuadora, afirmó.

Consideró que no es necesario que entren los elementos de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional a resguardar la ciudad, sino favorecer nuestra capacidad de seguridad con la policía, con quien tiene la obligación de protegernos, así como cambiar la política de desarme impulsada, que ha sido muy pobre, pues no tiene un impacto en la disuasión, cuando se requieren políticas públicas globales para identificar cómo ingresan esas armas, cómo se distribuyen y por qué están aquí, señaló.

Se trata, dijo, de impulsar una visión mucho más amplia, no simplemente pensar que recogiendo y dando planchas nuevas vamos a quitar las armas de las colonias, de la mano de nuestros niños y adolescentes, o con una respuesta muy autoritaria.

El uso excesivo de la represión y la fuerza, y enfrentar a la delincuencia con una visión de seguridad pública no es la solución, sino regresar a un esquema de prevención, sobre todo cuando la mayoría de los detenidos son personas de 29 años.

Destacó que el problema de inseguridad debe atenderse con una acción integral desde la educación que considere cómo mantienes a los jóvenes en las escuelas, cómo enseñas a niños y adolescentes a convivir.

Mencionó que lo peor que podría pasar es la militarización de la ciudad, cuando la policía local tendría que bastar para hacer frente a lo que está pasando, donde tenemos una lucha por el territorio, una situación muy acotada que debe atenderse.