n plena cruda postelectoral el domingo tocará votar para elegir nuevo presidente de la República mexicana. Ya el lunes, en Rusia, Brasil tratará de eliminar al Tri. Es obvio que los jugadores mexicanos estarán más que pendientes de la electoral jornada dominguera, y es fácil sospechar que la mayoría de ellos se sentirán defraudados por lo que digan las urnas.

Pero cuando salten a la cancha se olvidarán de la cruda y tratarán de derrotar a los malos augurios. Si a Brasil le quitan a Neymar con un buen marcaje, el Tri podrá llegar a buen puerto porque los brasileños dependen del estado de ánimo de su voluble estrella.

Ojalá sea un partido a cara de perro, de igual a igual. Y sería fantástico que ganara el Tri. Este país merece una buena noticia, así sea deportiva, porque de otra suerte estamos bien amolados.

El domingo, o a más tardar el lunes a temprana hora, sabremos el nombre del ganador de, tal vez, la contienda electoral más sucia de nuestra verde democracia, y lo verde nada tiene que ver con la naturaleza, sino más bien con lo inmaduro de nuestras instituciones y partidos políticos.

Han sido seis meses de escuchar idioteces y mentiras a granel. Todo se vale para sentarse en la silla del águila. Y al contrario del futbol, en ese juego político el árbitro es un hazmerreír y el tribunal que está para enmendarlo es igual o peor.

Total, el país no les cree.

Siendo que soy contrario al VAR en el futbol porque creo que es un matapasiones , no estaría mal que ese sistema se implantara en las elecciones para ver qué es lo que realmente sucede a la hora del recuento de los votos. En ese momento es cuando se arman los fraudes electorales.

Al final de los cuentos y de las cuentas lo importante es que todo se ventile sin mayores pleitos. Si el lunes México amaneciera con un cambio en el timón, no será el fin del mundo.